D I E G O G O E T H E

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portada: Karina Jelinek y Diego Goethe

KARINA JELINEK Y DIEGO GOETHE en escena teatral

Con mediáticos

2009

COMO DIRECTOR

BLACK ROSE Espectáculo teatro musical con mas de 100 artistas en escena
De Diego Gette

DIRECCION: Diego Goethe
ELENCO: LUISA KULIOK y Ballet de danzas árabes “HABIBI”
TEATRO: Libertador (Moreno - Prov. Bs.as)

MEGA PESEBRE VIVIENTE, Al aire libre 80 artistas en escena. Adaptación bíblica
de Diego Gette

DIRECCION: Diego Goethe
ELENCO: SAMBA QUIPILDOR, Coro polifónico de Moreno
y Ballet Municipal

MUSICALIZACION EN VIVO: (Misa Criolla) SAMBA QUIPILDOR
TEATRO: Plaza Buján (Moreno - Prov. Bs.as

ACTUALMENTE ENSAYA COMO DIRECTOR:

EXTRAÑO JUGUETE
De Susana Torres Molina

DIRECCION: Diego Goethe

PARTICIPACION ESPECIAL: LUISA KULIOK Y ANTONIO GRIMAU (En el radio teatro)

ELENCO: OSVALDO GUIDI, SUSANA FALCONE Y SUSANA MACHINI
TEATRO: Lo de Guidi


COMO ASISTENTE ARTÍSTICO Y DE DIRECCIÓN:

EL ACOMPAÑAMIENTO De Carlos Gorostiza

DIRECCION: Hugo Urquijo
ELENCO: Antonio Grimau y Pepe Novoa
TEATRO: De la Ribera

GRIS DE AUSENCIA De Roberto Cossa

DIRECCION: Hugo Urquijo
ELENCO: Juan Manuel Tenuta, Marcela Ferradas, Paloma Contreras Manzo, Ricardo Diaz Mourrella y Mario Alarcón
TEATRO: De la Ribera

COMO BLANCA DIOSA De Daniel Dalmaroni

DIRECCION: Hugo Urquijo
ELENCO: Graciela Dufau, Cecilia Dopazo, Ricardo Talesnick y Nestor Caniglia
TEATRO: Del Pueblo

ELLA
De Susana Torres Molina

DIRECCION: Susana Torres Molina
ELENCO: Patricio Contreras y Luis Machin
TEATRO: Pairo
NOMINADA PREMIOS: Clarín, Maria Guerrero, Trinidad Guevara


COMO ACTOR

GRIS DE AUSENCIA
De Tito Cossa

ELENCO: Mario Alarcón, Marcela Ferradas, Paloma Contreras, Raúl Ramos y Ricardo Diaz Mourelle

PERSONAJE DEL REALATOR: Diego Goethe


EL ACOMPAÑAMIENTO De Carlos Gorostiza

ELENCO: Antonio Grimau y Pepe Novoa




EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIO
De Manuel Martinez DIRECCION: Alberto Felix Alberto
TEATRO: Del Sur

MINETTI De Tomas Benhard

DIRECCION: Roberto Villanueva
ELENCO: Aldo Braga, Maria Comesaña, Julian Labruna y Mariano Torre

TEATRO: Babilonia
GANADORA DE TRES PREMIOS A.C.E

RIESGO PAIS De Beatriz Matár

DIRECCION: Hugo Urquijo
ELENCO: Luisa Kuliok, Lidia Catalano, Osvaldo Guidi, Malena Figó
TEATRO: Cervantes

ACTUEMOS POR EL BORDA II
Recitado de poemas a beneficio

ELENCO: Osvaldo Laport, Fabian Vena, Gaston Pauls, Esteban Prol, Mauricio Dayub, Toti Ciliberto, Cecilia Rossetto, Cutuli
TEATRO: El Vitral

UNA CARRETILLA DE MUSICA De Vicente Cito Lema

DIRECCION: Vicente Cito Lema

ACTUEMOS POR EL BORDA I

ELENCO: Gaston Pauls, Rita Terranova, Juan Palomino, Esteban Prol, Mauricio Dayub, Edda Bustamante, Cutuli
TEATRO: El Vitral

ROMPIENDO CRANEOS
De Agustin souza y Diego Gette

ELENCO: Agustin Souza
TEATRO: Pernambuco

LA SECUELA FINAL De Federico Penelas

DIRECCION: Javier Echaniz
TEATRO: Abasto

LAS YEMAS DOBLES De Luis Cano

DIRECCION: Javier Echaniz
TEATRO: La Carbonera

ZONA ANIMAL De Hugo Men

DIRECCION: Javier Echaniz

ELENCO: Roberto Martinez
TEATRO: Del Pueblo

MARIANA PINEDA De Federico Garcia Lorca
DIRECCION: Facundo Abraham
TEATRO: La Escoba - (Sociedad Italiana de Tigre, Rotary Club Pacheco)

LOS DE LA MESA DIEZ De Osvaldo Dragun
DIRECCION: Facundo Abraham
TEATRO: La Escoba

NO TE PROHIBAS SOÑAR Creación Colectiva
DIRECCION: Rosalia Bruno
TEATRO: Lope de Vega (Pilar) - Marechal ( San Miguel)


COMO DOCENTE:

Recomendado por HUGO URQUIJO
2004 Fundación “Manos Abiertas”
Casa de Esperanza
4-660-3931 Villa de Mayo
Teatro con niños, adolescentes y adultos.

2007 Instituto de artes y danzas contemporaneas HABIBI
MORENO con niños adolescentes y adultos.


PERFORMANCE CALLEJERA

Estatua que Recita
Mosquetero Rojo
Personaje Ganador del Segundo Concurso Nacional de Estatuas Vivientes en la ciudad de Mercedes 2006
Tercer Puesto en 2008


CINE
CORTOS
4M
Personaje Protagónico

LA CAGADA
Personaje Protagónico

UN ENFERMO IMAGINARIO
Personaje Protagónico

LA OCASION
Personaje Protagónico

TESERA
Personaje Protagónico

LARGOMETRAJE

DIENTE DE LATA
Por Alumnos del Instituto del Cine
Personaje Protagónico

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Teatro del Pueblo 2008

Poemas, Cuentos y Obras de Teatro
Todos los textos estan registrados.

PROLOGO ESTE ES EL MOMENTO EN EL QUE DEBO AGREGARMAS PALABRAS A LAS PALABRAS Y ME SIENTO UN PELOTUDO¡VAYA! PALABROTA ¿NO?QUIZAS SOLO EL HUMOR NO ALCANZE PARA PROLOGAR ESTE MI PRIMER LIBRO DE POEMASY SI PARA GANAR ESPACIO A LA NADAES QUE HONESTAMENTE NO LO SE HACERYO CREO SER UNA INTENCION MAS QUE UN POETAHABRA QUIENES CREAN QUE DE LA BUENA O NOY OJALA ASI SUCEDAPORQUE LA CONSECUENCIA DE ESO ME AYUDARA ACRECER DE ALGUNA MANERAESTE MATERIAL SI BIEN NO INTENTA SER AUTOBIOGRAFICO, LO ESPORQUE POR SOBRE TODO SOY UN SER HUMANONO CREO EN LA TOTAL OBJETIVIDAD A LA HORA DE CREAR ALGO COMO LO QUE AQUI LES ENTREGO. ESTOS SENTIDOS SON UNIVERSALESPOR ESO ESPERO QUE SE LES HAGA CARNE LA EMOCION TAN BUSCADASI ALGUIEN ALGUN DIA REGALA A OTRO ALGO DE LO QUE ESTE LIBRO CONTIENEINCLUSIVE A SI MISMOSEPA QUE DESDE EL LUGAR DONDE ME ENCUENTRE SERE FELIZPOR HABER SIDO PARTE DE SU INTIMIDAD ALMENOS POR UN SEGUNDOY DE HABERLES SERVIDO DE ALGO POR UN INSTANTE

Diego Gette


POESIAS:


¡UNA MUJER CON DOS ALAS EN LA CABEZA!

Se fue
con una habil estretegia
para descartarme.
Y dejo un camino
lleno de flores muertas.
Su perfume es lo unico
que se niega a ir
de mi habitación.
Al acostarme,
me envenena,
esa pocima vendita
que emanaba de los poros
la mujer que amo.
Se fue
y dejo un camino
lleno de pajaros mutilados
y como una cobra encantada
sus caderas,
cruzaron la acera,
para nunca mas
danzar sobre mi vientre
y hacerme sentir
el mas dotado
de los principes de oriente…
condenandome a ser
un simple ciudadano
en este barrio
que se inunda cuando llueve,
y que nos encarcela
hasta que la tierra bebe
y se enbriaga
con lo que el cielo derrama,
caudal semejante
al de mis ojos
cuando la recuerdo
en mis brazos
mientras la narraba
en pequeños trozos de paginas,
sin que ella se percatara
de que yo inmortalizaba
ese momento nuestro.
¡Momentos que me los devoro el tiempo!
Se fue
y dejo un camino
lleno de hojas secas
mientras el viento
batia sus cabellos,
como mis manos cuando haciamos el amor,
y dos grandes alas negras,
parecia a lo lejos su cabeza.
Quizas por eso
ya no ha de volver.
El viento
se la habra llevado lejos.
¡Y no es para menos!
Cualquiera enloqueceria
luego de acariciar su cabellera,
esos rulos de seda,
que ni siquiera Madusa
podria asemejar,
lo endemiado y excitante
al entrelazarse,
ellos,
entre mis dientes y semblante.
Se fue y dejo
un camino desolado.
Quizas este ahora en el olimpo
la mujer que extraño.
Y yo
rebelde esclavo del pasado
intentando en vano
de romper las cadenas
que me crea su ausencia
cuando miro los caminos.
Porque una mujer
con dos alas en la cabeza,
es hermosa
como la luna llena
sobre un pinar en la carretera,
pero duele mas que cien dagas
clavadas en el alma,
cuando deja de anidar
en los pelos de tu cuerpo,
como un jilguero,
en silencio,
a la espera del alba.


¡DEVOLVEME!

Devolveme:
La risa,
las ganas de comer
y la energia
que mis palabras tenian
cuando aun estabas
impregnada en mis sabanas.

Devolveme:
Los besos
que deje escondidos
detrás de tus oidos,
mi semen desparramado,
y la saliva dentro de tu boca.

Devolveme:
El boldo tibio
antes del sueño,
mi rostro reposando
sobre tus senos,
tus variados vestidos
y tus felinos ojos
asechandome.

Devolveme:
Tus manos
para apretar una de ellas,
entre dormido,
cuando como una hiedra
te aferrabas a mis espaldas
y soñabas
cuan angel dorado
en los brazos de Dios.

Devolveme:
Aquella salida nublada de sol
en mar del plata,
la garua propia de las cataratas,
el cansancio al trepar las montañas
y te devuelvo
tus cuantiosas palabras

Devolveme:
Tus carcajadas
al hacerte una monada
o luego de pelear
por la porcion mas abundante
y te devuelvo
las etapas que quemaste.

Devolveme:
La posibilidad de hacerme el distraido
y dejarte caminar delante mio,
para contemplarte
como un baboso mas en la ciudad
y te devuelvo lo que necesitas

Devolveme:
Tus abuelos,
El comer acompañado,
tu madre,
tu perro
y tus hermanos
y te devuelvo lo que estas buscando.

Devolveme:
Ese rinconcito extremadamente abierto
a la espera de los mas perversos
de mis pensamientos
y te devuelvo lo que sea.

Devolveme:
Reirte de mis dedos,
mi optimismo,
tu fastidio constante
y el ratoncito que nos espiaba
detrás del ropero
y te devuelvo
lo que eran nuestros sueños.

Devolveme:
Esos abrazos incomparables,
nuestra batalla contra los mosquitos,
la transpiracion durante el sueño
Ymis ronquidos en tu habitación
y te devuelvo…

Devolveme:
Tus retos
y nuestras idelizadas charlas,
que nunca cambiaron nada del mundo,
pero que nos hacian conocernos
y te devuelvo
lo que estas buscando ahora
en otros caminos,
¿No se que sera?
¡Pero te lo consigo!
Aunque deba bajar al Ades,
como lo hizo Dante
para buscarte
y guiarte de nuevo
al destino de mis besos.


UN EDIPO CUALQUIERA

Amo a mi madre,por la forma de sus ojoscuya piel morenadebajo se acumula.Amo a mi madre,por sus pocos dientes en la sonrisa,por su vos chillona,y sus manos tibiasAmo a mi madre,por que no tiene pocos defectos,amo su andar cansado,su ropa humilde,y su amistad con la locura.Amo a mi madrepor ser la de mis siete hermanos,y por ser ni fina ni coqueta.Amo a mi madre,por que se parece a la soledad,las dos son: Misteriosas y sencillas.Amo a mi madre,por que un ser asíbrutalmente tiernaNo puede no ser amadoAmo a mi madre, mas allá de Edipoy los psicólogospor que es mía.Yo, aprendí a hacerlo sin terapia.Quiero decir,por haberme dado cuentaque se va a apagando día a día,poco a poco.


VIEJO LOCO

Me hubiese gustadosentir un beso y una caricia tuyaen plena agonía de la noche,cuando te ibas al trabajo.Me hubiese gustado,luego de tantas horas ausentesver tus brazos abiertosinvitándome al abrazo.Me hubiese gustado,oír de tus labios¡Hijo! ¿Como te fue en el colegio?Sentirlo en la frente.Compartir mis anécdotas.Y así crecer felizMe hubiese gustado,haber sido parte de tus pensamientos,al menos por un segundo,o amigos por un instante.No, no es un reproche, solo una reflexión.¡Mi viejo loco!.Me hubiese gustado,escribirte algo mas lindo,pero, para eso,debería mentirme, y mentirtecomo hacen los hipócritas.Me hubiese gustado,haberte dicho a los ojos,sin vergüenza, ni rencor: Te quiero mucho, papá.Me hubiese gustado, realmente.Pero ya es tarde, ya no podemos volver a empezarquizás,el tiempo me ayudea comprenderte un poco mejor,y a conservar el maravillosorecuerdo de la tarde única,en que me pedistedelante de mamá,ese tan deseado abrazo.Porque sabias,Que te estabas muriendo.


SIETE MISTERIOS SEMEJANTES


Mis siete hermanosestán envueltospor una piel suave y obscura.Tienen grandes los ojosy son amigos de la locura.Mis siete hermanos,no son rubios,no son ricos, ni son finos.Son padres numerososcuya adolescencia se les murió prontoen los brazos de otro ser.Me dieron,cantidad de sobrinos blancos, y cantidad de sobrinos negros.Mis siete hermanos,no saben de guerras, aunque se pelean,como si supieran de batallas.Votan presidentes.No leen libros,pero igualmente saben dialogar.Mis siete hermanos,también son, simples, alegres, mentirosos,Inteligentes, payasos y distintosComo cualquier otro.Ósea, van mas alláde lo que estoy narrando.Pasa que la noblezase hace difícil de explicar.Mis siete hermanos,no conocen Europa, y ni siquiera el interior del país,pero igualmente tienen muchísimos anécdotaspara contar y hacernos reír.Mis siete hermanos,no tienen padre,por que el cáncer se los robo.Solo les quedauna madre sigilosapara disfrutar.Porque no tienen nada.Hoy la miseria, es propiadel hombre trabajador.En fin, Mis siete hermanos,son un gran misterio,y creo que es por esoque realmente los amo.


FLACA COMO UNA ESPIGA DE ORO


Yo tengo una hermana que es flaca como una espiga de oro,que tiene la sonrisallena de dientes grandes,cosa agradable al verla sonreír.Como verán, es tan simplecomo ver morir la tardecuando es heridapor estrellas encendidas,tanto por lo bella,como por lo morena.Perdonen la jactanciacon la que hablo de ella es que es mi hermanay no puedoverla de otra manera, ya que la amo,como se amalo que uno ama realmente.Sin vueltas,con defectose inexplicablemente.Además,no es una chica con suertepor que tiene de madrea la mía,que es tan tiernacomo una sandia.Yo tengo una hermanaQue tiene el marido muerto,dos hijos chicosdemasiada bondad,un perro,pocas amigas,y un dios,pero por sobre todo eso,que no es poca cosa,hay algo, que me hace admirarlay no se decirlo.Yo tengo una hermanaque puedo compararlacon cualquiera de las guerrerasque cuantiosas existir pudieronen esta tierra.Compararla,a pesar de estar escondidaen la frágil vestimentade una espiga de oro.


MARIPOSA

Mariposa que vuelas sobre mi alma,llenando de alegría los días.Te amo.Como no amarte así,cosita de mis sueñossi somos compañeros.Mariposa,si algún día decides emigrar de estas costas,me quedaría solo,con la soledad a cuestael resto de mi vida.Mariposa,quisiera para siempreeste momento que estamos viviendoy tu aleteo sincero.Mariposa,quédate conmigonecesito al lado míolatiendo tu corazón pequeño.Mariposaquiero todo esto,por que te quieroporque sin vos, me muero.


JUSTIFICACION Y REALIDAD

Quizás hayas perdido el teléfono,La dirección o no anden mas los colectivosQuizás ya no existan las brújulasNo existan las calles,No existan los recuerdos.Quizás se haya extraviado el solEscondido en la nocheY sea por eso esta eternidadSin tus deliciosos besosQuizás te hayas dormidoY al despertar…Será que mientras te esperoSolo en mi crecen los sueñosY la necesidad de seguir siendo compañerosSerá que quizás sea verdadQue no quieras estar mas conmigoY estos versos junto al marLa realidad de un muertoQue quiere resucitarY no la míaMientras te recuerdoUna vez más.


LA TEMPESTAD


La tempestadVoló mis pies, mi casa, mi almaY aquí en la desolaciónIntento remar hacia la nadaQuisiera ser viento y escaparSer agua y navegarQuisiera hallar la felicidadEntre tanta suciedadQuisiera ayudarmeY luego de parar la lluviaSeguir siendo asíToda la vida.Aunque las tempestadesArrebaten y arrebatenContra mi barca


PEQUEÑA

Se termino la farsaYa nada caerá sobre tu cuerpoQue salga de mi sexoYa nada beberás de mi almaNi recibirás de mi bocaNi mi camaYa nada habrá que nos reúnaPorquePoquito queda de lo que dejasPasare las horas soloRevolcado, pensandoY criticándome los gritosPasare el tiempo recordándoteCon todos mis sentidosSuperare el silencioY el deseoDe caer de nuevoEn lo enterradoSuperare este vientoY este frióAunque no estés conmigo


CADA DIA MAS

Te extraño cada día mas, ¡sabes!Es que te busco dentro de tanta oscuridadQue forma tu ausenciaY no siento siquiera el ecoDe mi corazón en el silencioEs horrible mirar los rinconesEsperando verte nacer de las paredesY solo descubrir las manchasQue la humedad deja con los añosY desesperar con el tiempoTratando de hallarle la vueltaA esta jugarretaQue la desgracia me creaEscribiéndoteMe desgarro la mente y el cuerpoAguardándote, ¡sabes!Porque, mi vida se ha tornado cotidianaDesde que ya no estasEs que te siento lejos, muertaEn este pelea mía contra la mierdaQue dejasteY es muy feo este sentimientoTe extraño cada día más Y no se como apagarteDentro míoCreo que si sigo asíMe pegare un tiroPara olvidartePero no un tiro en el cuerpoSino, en los sentidos

SE HACE DIFICIL OLVIDARTE

Olvidarte significa la eternidad,La soledad encarnada en el alma,Gritos de espanto a la hora del sueño.Arrancarte es más difícil que aprenderA ser hombre.A tener que luchar contra los sistemasY la mierda del tiempoO la distanciaBorrarte es el miedo. La espera. La muerte.Dejar de pensarte duele.Como el hierro en la carne,Afilado, helado, o caliente.Estar sin vos, es la noche sobre la ruta,Sin plata y mojado por el llanto.O haber nacido abandonado.Sin tu sexo esclavoDe las manos sin tactoDe la perversidad y el asco.Sin tu cuerpo soy una estatua.Un poeta que escribe sin razón.Y sin tu almaImagínate


UN VERSO ES POCO


Si pensar que nunca más voy a estar acáQue destruirán lo que he construidoCon tanto esfuerzo.Si pensar que todo sucederáSi me quedo quietoSi pensar que no valen nada los sueñosLos credos, ni los pequeños.Si pensar que vale más el dineroQue mi cuerpoQue cualquiera puede matarmePor cincuenta pesosO a usted.¡Que locura!Dentro de horasSe declarara una guerra. ¡Señores!Dentro de horas morirán, morirán.Morirán embarazadas, miles de niños, Viejas, adolescentesMorirán árabes, morirán americanosDentro de horas morirán flores. AnimalesDentro de horasCaerán las ciudades a la vista de todosY más allá de esto queNi siquiera son versosYo no se que hacer ¡señores!Ante la guerraQuizás apagando los televisoresY encendiendo nuestros corazones.Quizás así.No mueran las floresNi caigan las ciudadesY yo pueda escribir un verso


CANTO INDIGNADO


Cuantas palabras se oyen.Cuantas palabras se cantanY cuantas cosas taradasPasan por televisiónCuanto lugar a la nadaMientras mis pensamientosEstán callados en el corazónCuantos misiles. Cuantos soldadosY cuantos muertos habráEn nombre de la paz mundialCuanta hipocresía suelta por la calleY cuanta sangra por las alcantarillasY nosotros cantandoY nosotros mirandoY nosotros ni siquieraescudos humanosSolo mirando lo poco que dejanDesde la ONU. Los americanosY la puta que los parióY nosotros solo cantandoCantando por la vidaCantando a la paz.¡Canto indignado es el nuestro!Por todo lo malo, por todo lo sucio.Por los muertos, por los vivos, por los niñosPor los viejos, y por nuestros hijosQue no sabemos si tendremosY por la radiación, las bacterias, la devastaciónY la puta madre que los parióContra la ambición, la guerra, el petróleoBush. Sadam. Y contra todos los que callanContra los que con su pajaAportan al genocidio de la indiferenciaY nosotros cantando, y llorandoY nosotros gritando:Desgarrados, tristes y rebeladosY nosotros cantando resistiremos…Hasta que lleguen aquíPor la pampa, el aguaY la concha de mí hermana.Y nosotros cantando estamosY cantando seguiremos.

BLASFEMIA CONTRA LA GUERRA

Se pinchan los globos. Se apagan las velasY lloran los payasos.En un lugar del mundoHoy no se festejan ni siquiera los cumpleañosNo se baila, no se canta.Solo se mira el cielo.Son todos guerrerosen medio del desierto.Algunos buenosy otros menos que menosYa ni siquiera hay caramelosDesaparecieron las pelotas, Las hamacas, y los areneros.Solo hay invasoresBuscando los sueños encontraron a un viejoHabía perdido una tarde en la plazaSus nietos, La libertadY la pazQue días atrás reinabaEn su ciudadPor eso a medida que pasa el tiempoMás rápido estallan los globosY nacen mariposas llenas de petróleoY luego mueren aplastadasAl apagarse las velas nos iluminanLos refucilos en el cieloY en la casa de todos los muertosY no dejan de llorar los payasos.Porque ya no hay niños que cantanNi que bailan o que acarician a un perroEstán entretenidos en los fusiles,Las granadasY por salvar sus pequeñas almasMientras yo, escribo y recitoContra el destinoY los cretinosQue hacen la guerra


PRINCESA

Decir mirándote a los ojos lo q veo en tu mirada me es mas difícil que tenertees q me inhiben tus rasgosla linda sonrisa q dibujan tus labios a cada instanteel no conocer tu voz que quizás es una hermosa melodía en el silencio o la suavidad de tu pielblanca aterciopelada como solo la puedo imaginar ya ves hasta en palabras me cuesta expresar esto que adentro sientomujer extraña, profunda, inquieta, empapelada de misteriosdistantes, silenciosos e infinitosojala decidas pronto mi destino en este cuento q hemosde escribir a cada momentoq estamos sin estar en un mismo sitiobastardeados por el destinoo por la simple atracción q nos envuelvepodrán decirq soy un loco enamorado de lo imposibleaquellos quienes en tardes como estano tengan a nadie para nombrar
en un poemaporq no me importayo si puedo verte vestida de nocheen cada estrellaq asoma hiriendo lentamente a al atardecero recordarte al cortar una flory sentir q su aroma me entristece mas y maspor estar solo en esta nada maravillosa q es la vidaque quizás se me terminedetrás de estas palabrasque cada vez me cuesta masexpresar por voshermosa princesA

NACIMIENTO

En este momentoNace una canciónSale de los dedosY deja entre las cuerdas El llanto y su mierdaPorque concebidaSin querer llega A tus oídosY los míosViene llena de odioY llena de amorPor los que se fueronPor los que vinieronY por los que murieronSiendo secuestradosMi canción llegaY con ellaAbro el corazónY digo lo que sientoAnte tanto polvoAnte tanto horror.Oigan gemir las cuerdasPorque son el ecoDe mis pensamientosOye si sos sensibleSi sos humano.Si odias las armasY a los tiranosEsta es mi canciónQue pensando en vosNace gritando: Usen la cabezacontra la violenciay la indiferenciaUséenla contra la guerray si es necesarioYo les acompañoa donde seaSiempre y cuandousando la concienciaOigan que ya llega…Oigan que ya llega…


CANTO INDIGNADO

Cuantas palabras se oyen.Cuantas palabras se cantanY cuantas cosas taradasPasan por televisiónCuanto lugar a la nadaMientras mis pensamientosEstán callados en el corazónCuantos misiles. Cuantos soldadosY cuantos muertos habráEn nombre de la paz mundialCuanta hipocresía suelta por la calleY cuanta sangre por las alcantarillasY nosotros cantandoY nosotros mirandoY nosotros ni siquieraescudos humanosSolo mirando. Lo poco que dejanDesde la ONU, los americanosY la puta que los parióY nosotros solo cantandoCantando por la vidaCantando a la paz.¡Canto indignado es el nuestro!Por todo lo malo, por todo lo sucio.Por los muertos, por los vivos, por los viejos, y por nuestros hijosque no sabemos si tendremosY por la radiación, las bacterias, la devastaciónY la puta madre que los parió.Contra la ambición, la guerra, el petróleoBush. Sadam. Y contra todos los que callanContra los que con su pajaaportan al genocidio de la indiferenciaY nosotros cantando,
llorando y gritando:Desgarrados, tristes y rebelados. Hasta que lleguen aquíPor la pampa, el aguaY la concha de mí hermana.Y nosotros cantando estamosY cantando seguiremos.


REVANCHA

Cuantas veces yo te espereCuantas otras me canseY ahora vuelvespensando que voy a caerRendido a tus piesComo si yo alma no tuvieseComo si yo no me quisiese¡Por que no te vas un poquito a naufragar!Por que no te vas
otro poquito a matarPor que no te pones un poco a pensar
Que túya no eres parte de mi realidad.
Se que la vida es duraY tu mente oscuraPor eso yoHago caso a mis miedosY te dejoHaciendo promesas al vientoY tal vezVolveré entonces a serUn perfume masEn esta ciudadY no estoQue ni siquiera yo seEsto en que me transformeMientras en vano te aguardeY ahora vuelves pensando que voy a caerRendido a tus piesComo si yoNo hubiese crecidoComo si yo,estuviese perdido. ¡Perdido en los recuerdo



NACIMIENTO


En este momentoNace una canciónSale de los dedosY deja entre las cuerdas El llanto y su mierdaPorque concebidaSin querer llega A tus oídosY los míosViene llena de odioY llena de amorPor los que se fueronPor los que vinieronY por los que murieronSiendo secuestradosMi canción llegaY con ellaAbro el corazónY digo lo que sientoAnte tanto polvo.Ante tanto horrorOigan gemir las cuerdasPorque son el ecoDe mis pensamientosOye si sos sensibleSi sos humano.Si odias las armasY a los tiranosEsta es mi canciónQue pensando en vosNace gritando: Usen la cabezaContra la violenciaY la indiferenciaUsenla contra la guerraY si es necesarioYo les acompañoA donde seaSiempre y cuandoUsando la concienciaOigan que ya llega oigan que ya llegaOigan que ya llega



TIMIDO PERO AMADO

No se como…Quizás las palabras. Un besoAl apretar tu manoEste poema.No se…Se me hace difícil la rutinaOlvide el respirarNo se…Temo en la indiferencia, al rechazo.Por eso callo a tu abrazoY me ahogoReprimiendo el cuerpo, el gritoMenos la mentePor suerteCuando te escribo.Vuela, vuela, vuela.Porque es el armaMas sana de llegar a vosQue hoy poseo.


REFLEXION

Saber que ya no te podré besar másTocar tus senosY contemplarte largo tiempo en silencioSaber que ya hemos perdido el derechoA tantos besosY a decirte medio dormidoUn “te quiero”Saber que tan prontoParecemos cuerpos solosEn el espacio,Vacíos el uno del otro,Aislados por distintas realidadesY reprimidosMe llena de grietas el almaPorque te extrañoMás allá de lo que nos impongamosPorque te sientoCada vez que te recuerdoY por que estas barrerasQue hoy nos alejanNos ahogaran mañana¡Entiendes princesa!Y quizás sea tarde para pensarSi es buena tanta frialdado si es mala tanta distancia




AL BORDE DEL RIO


Al borde del ríoNos dejaste el cuerpoPara navegar las aguasCon poquito pesoLas aguas de las esperanzasAguas de losAgua de la desgraciaAl borde de un ríoTus fracasados sueñosEl almaY la humilde casaLlenas de bocasY una madre que amasaA quienes costara asimilarQue te hiciste vientoPara no volver jamásAl borde del aguaArrojaste la toallaComo si hubiese sidoUna falla paternaEl genocidio socialDe la pobrezaY marchaste lentoTriste y sin tiempoHacia la búsquedaDe un techo nuevoHallando en el suicidioLa escalera al cieloAl borde del ríoNo aguantaste la realidad fatalQue nos aplastaY por esoHacia el misterioFuiste a naufragarDejando dudas, nostalgia, y cartasEn el puerto del desconciertoA todos tus afectosY de espaladas al ríoLloraron tus hijosAl despedirte del mundoPor sentirte nulo¡Ojala algún día!Sanen las heridasPor tu partidaY la concienciaDe quien la tenga suciaYo no te juzgoAl borde del ríoVivió un tío míoQue decidió cambiar su destinoDejando en un árbol como una hoja su cuerpoPara navegar las aguasCon poquito pesoLas aguas de las culpasLas aguas de las sombrasLas aguas de la nada


¡SOLTAD LAS ARMAS!

¡Soltad las armas!Que pasan los pequeños¡Soltad las armas!Que pasan embarazadas¡Soltad las armas!Que vienen civiles¡Soltadlas!Que no traemos armasPor acá, por JesúsO por lo que ustedes quieran¡Pensad!No arrojéis bombasNo destruyáis ciudadesNo contaminéis el airePor mí, por usted, Por sus nietos y bisnietos¡Dejad viva una flor!¡Dejad un poco de agua!¡Dejad de abusar con el poder!¡Soltad las armas!Que pasan mil hermanas¡Bajadlas que no me gustan las armas!Seamos amigos. No enemigosTengamos un mundo unidoNo remendadoTransformémonos en hermanosNo en soldados¡Que bueno seria!Si hicieran poesíasNo la guerra.


YO NO LE PIDO A DIOS

Yo no le pido a DiosLe pido al corazón de los hombresQue se levante.Yo no le pido a DiosLe pido a mis semejantes¡Seamos amigos! No enemigos.Yo no le pido a Dios Que la guerra se acabeLe pido mejor al puebloQue se levanteY pare las produccionesY tome las ciudadesY así les duela a los invasoresYo no le pido a DiosQue las muertes no seanLes pido a todos por favorque se defiendanPor que los ruegosHace mucho ya que no llegan.Yo no le pido a DiosQue nada me hiera
Te pido a vos que pierdas la pacienciaY hagas de tu inocencia un gritoY del grito un arma junto al míoYo no le pido a DiosEl ejemplo de un hijoPara salvar la humanidadTe pido a vosQue no tengas piedadContra la maldadY los verdugos de tu felicidadYo no le pido a DiosUn poco de vinoTe pido a vos por tus hijosY los míosQue estemos unidosYo no le pido a Dios ¡perdón!Te lo hago a vosSi te he ofendido.La violencia será eternaSi no nos aceptamos distintosPor eso te digoQue si estas cansado de pelearContra el destinoHagas de tus pensamientosUn gritoY del gritoUn arma junto al mío.



YO, TU ESCUDO

Cuando entre a la escuela el primer día,
ame por primera vez
Y necesite llorar en unos brazos
¡Estuviste!
Cuando el sol, la música y el brillo
Me cieguen
y me olvide de llamarte
¡Estarás igual!
Cuando vuelva a amar
Y no me amen
O me muerda el dolor
Y pronuncie tu nombre sin palabras
¡Sé que estarás!
Cuando llegue cada uno de mis hijos
Crezcan, se marchen,
me rodeo mucha gente
y en definitiva este solo
¡Sé que estarás!
Y cuando las ausencias
Vayan pesando más que las presencias
Y debas irte algún día
Burlemos al destino
Y quédate conmigo
Para siempre
Escondida en los pliegues
De mi alma
Como yo Lo hice
Dentro de tu panza,
Mamá.


MISTERIO

cuanto misterio dentro mío
ahora que te recuerdo.
parece que ya no podré seguir
con el ocultar por lo que por vos siento
al verte sonreír
como un cordero indefenso
poso la cabeza al filo helado de tu cuerpo
y entregado me dejas a cada paso
como queda la tarde
ante la noche
y su boca dentada de estrellas.
En definitiva princesa:
quisiera ser tu tarde
y que vos mi única noche.
y luego morir en la oscuridad de tus piernas,
mordido por una lengua
hasta el fondo de mi corazón.


COMO ME GUSTARIA

Como me gustaría
tenerte en los brazos,
acariciarte los labios
y estimularlos a besar los míos
que se inhiben
cuando rozan tus mejillas
Como me gustaría
construir un todo indestructible
con lo simple del amor
y que me imagines
por un solo segundo
sobre y bajo tu piel
Como me gustaría
acompañarte en la soledad
de algún día de lluvia,
en la sombra o en el silencio.
y no ser una lágrima
que lama tu piel
y se evapore en tus senos.
Como me gustaría
que vieras a mi corazón
tan herido
por la miseria
e hipocresía del hombre
aquí en un rincón del pecho
esperándote
Como me gustaría
no mirarte tristemente
y dejar de imaginarte
en la rutina.
¡En fin!
me gustaría
ser un poco tuyo
y que vos desees
ser un poco mía.
porque tanta indiferencia
me hace nadie
en estos días.

MIEDO

Todo me lleva a vos tesoro
que a mi alma has enriquecido
llenando de paz
las largas noches sin sueños
y por eso la sonrisa
como blancas aves
sobre las tempestades del mundo
constante tengo hoy
y mucho amor para dar.
Pienso en tu cuerpo interno
y no encuentro otra hermosura
que pedirle a la naturaleza tuya.
Me llevan a tu recuerdo
estos viejos árboles
llenos de pájaros, las arañas
y la mañosa rebeldía del viento.
Pero en particular el miedo.
Miedo mío al pensar:
que un día cualquiera
se nos pase la vida...
y mueras tú
y muera yo.


CANTO DESESPERADO DE UNA NACION

¡Señores! Mientras ustedes descansanSe derrumba mi casaY cae todo alrededorY no entiendo nadaTose el afuera.Si alguien hallara mis restos¡Por favor!Escríbanle una canción.Éramos niños, jóvenes, viejosÉramos artistas, y obrerosY hoy solo fantasmasDe la realidadEscríbanme sin mencionar banderasNi indicar fronterasÉramos hermanos de aquí y de alláÉramos civilizadosEscríbanme para que no me borreLa fatalidadYa demasiado he pasado¡Hagan algo señores!Para que no me mate el silencioO la complicidadTose el afueraY mi pena creceY la muerte llega


TE AMO, AMOR

te amo, amor
cada vez que te recuerdo y no.
por que de otra manera
no puede ser vida mía.
te amo
cuando amanece a tu alrededor
y si esta sucio tu pelo o no.
te confieso que si cae la noche
y no cantan los pájaros,
es porque te amo.
y si el sol quema
es porque te amo también.
hasta del silencio
fluyen tus palabras
en la rutina mía.
¡Que le voy a hacer!
te amo día a día
y estoy boludo.
porque lo hago a los cuatro vientos,
apresuradamente y no...
Sintiéndote lo mismo
inocente,
rebelde,
buena,
mala,
viva o muerta.
En definitiva:
siempre y nunca
aquí en mi corazón.


A LOS PEQUEÑOS QUE A VECES ODIO


No son pequeñas estrellas
ni flores en un valle.
Son sangre de mi sangre
y parte de mi carne.
muchos y distintos,
tiernos e inquietos.
son ellos a los que quiero
como a hijos que no tengo.
los hay mestizos, gringos
y casi negros.
porque somos así:
de carne y huesos.
Mis pequeños anhelos
son como la sarna que ahora tengo...
van conmigo todo el tiempo.
y a veces no los quiero
porque invaden el silencio.
soy sincero con ellos
porque el amalos es parte de eso:
nunca callo lo que siento
y me conmuevo
si me dicen un secreto.
Yo muero,
si algún día
a alguno de ellos no tengo.
me basta con el que ya se hizo viento
y nunca olvidaremos.
Soy honesto con el resto
para que vean en esto
un modo distinto
de reconstruir a la sociedad.
Mis pequeños
irán descubriendo de a poquito,
que mi intención no es ser su tío,
sino su amigo.
que pese a todos le dirá la verdad
y no lo que ellos quieran escuchar…
porque la realidad
debe ser enfrentada
tal cual se da
y superar así la consecuencia
de cualquier problema.
este es mi lema
y la herencia de mi lengua
para ellos,
que no pertenecen a ninguna nobleza
o planeta con hadas encantadas
ni nada de esas pavadas.
Para ellos
que son parte de este mundo masacrado,
con sus guerras y miserias,
sin estar exentos
de la contaminación,
la droga y la violencia.
Pero lo bueno
es que el o ella
sabrá que entre estas letras
entre nosotros hay un charla adelantada.
y que me podrá encontrar a cualquier hora,
las veces necesarias
cuando se sienta solo o abandonada.
porque aunque a veces no lo parezca
también soy como la sarna:
molesto
y voy con ellos todo el tiempo
porque son parte de mi alma


ENCUENTRO

Si pudieras ver lo que se esconde
tras estos grandes ojos
hallarías:
viejos árboles dentro mío,
hojas secas revocadas con el alma
en un ir y venir desconsolado.
si pudieras descubrirme
te daría miedo.
yo me asusto a veces de los sentimientos
que presiento,
de las cosas raras que hago y veo:
la hipocresía que emana de las alcantarillas
en esta ciudad perdida
en esta ciudad que habito
mojado de odio sin quererlo.
A veces prefiero confiar en los muertos
que en los amigos,
los recuerdos nunca te dejan solo.
si pudieras ver las cortinas de este cuarto,
la luz que prende y apaga,
las moscas hambrientas,
como se evaporan las lágrimas
con el pasar del tiempo
en el suelo frió
que piso...
que pisábamos.
si pudieras saber lo que sufro
cuando amanece o cae la lluvia,
al recordarte sabiendo que éramos distintos,
algo incompatible,
pero agarrados de la mano
a pesar del temporal o la noche.
Si pudieras morirte,
pero morirte en serio
no de mentira como hasta ahora
en mi realidad fantasma,
desaparecer de los pasos cansados
que hago al trabajo,
en el café frió que miro
o al despertar
que para mi es agonía.
Porque vivir ya no se lo que significa:
llevo dos manos tapándome la cara,
una soga en el cuello,
la fosa cavada aguardando la carne.
si pudiera rescatar los días de sol,
la quietud del silencio.
revertir la dignidad con la que me dejaste,
odiarte minuto a minuto
y reventar.
Si pudiera volver a nacer,
mancharía de sangre las paredes.
porque me duele mucho
estar vencido sin haber sido apaleado,
vomitarte en vez de recordarte.
¡Que le voy a hacer!
Me hicieron daño tus ojos.
me hicieron daño tus manos.
me hizo daño tu sexo.
o sea:
me hace daño todo lo bueno
que ahora ya no tengo.
Necesito un abrigo.
¡salgamos a caminar!


NOSOTROS

tú y yo:
viento, lluvia y frió.
yo:
soledad,
mañanas sin pájaros,
noches sin lunas
y días sin despertar
tú y yo:
distancias, silencios,
carencia de encuentros,
ansiedad.
tu:
suavidad, piel blanca
y reproches.
yo:
miedo, dudas,
voz grave y celos.
tu:
cintura de avispa, senos tibios
rebeldía y honestidad.
yo:
confusión, ojos grandes
y agonía.
tú y yo:
un desafió.
tu:
el reflejo del sol
en un diamante.
yo...
tu:
obsesión mía
yo:
quien te quiere más que a nada
tu:
a quien más
me cuesta amar.

LA OVEJA











aquel dia, el primero de mis vacaciones, fue calido y de cariñosos vientos. el micro llego a la estacion de Misiones, mi destino, justo cuando los pajaros volaban muy tranquilos en el cielo abierto. la noche tardaria mucho en llegar. habia pequeñas nubes, famelicas como tetricas analogias de una bocanada de humo. el ruido de los motores de aquellos micros inmensos inquietaba a los cuantiosos caballos que frente a la terminal sujetos a carros refunfuniaban. el lugar estaba poblado de niños descalzos. algunos pedian limosnas, otros vendian pastelitos.



gabriela, mi prima mayor y Lololo su padre fueron quienes me recibieron alegremente. ellos se impresionaron mucho al verme, él en un principio se tomo su tiempo, me observo y recien luego se acerco. habian pasado ocho años. en ese entonces la grasa habitaba todos los rincones de mi cuerpito, tenia ocho años y algunos problemas al pronunciar, especialmente la letra R. obviamente, que encontarse con una persona totalmente distinta a la que ellos en sus cabezas tenian como imagen, les causo desconcierto. hoy en dia mi voz es grave y supere los problemas de diccion. creo que estoy por debajo de los sesenta y cinco kilos. ademas tengo en la cara algunos pelitos, al qlgun dia formaran la barba, eso espero. sinceramente, no lo puedo negar, yo tambien me impresione al verlos. ella habia acumulado demaciados años en su cuerpo joven. y él tenia menos dientes en la sonrisa y las secuelas del alcohol en sus hermosos rasgos. luego de los abrazos correspondientes subimos a una carreta de dos caballos. dos negras y elegantes yeguas. ¡Ay! aun me asusta recordar los ruidos y movimientos de aquella caja. viajamos tres cuartos de hora. a cada paso se acrecentaba el peligro. temi que se desarmara en cualquier momento, y que las astillas de aquellas maderas viejas, terminaran clavadas en mi carne dandome la muerte. cuando finalmente llegamos al rancho luego de la odisea pude respirar. la familia entera salio a recibirme con tanto alegria que me senti feliz. mi familia humilde, lejana y numerosa. mis queridas primas se admiraban de mi voz grave. algunas de ellas habian sido varias veces madres y las que aun no, estaban divorciadas. una de ella me miraba de un modo lascivo. y lo peor de todo es que era la mas linda y joven. mi lado mas oscuro e incestuoso me incentivo a observarla con detenimiento desde los pies a la cabeza y para mi suerte supongo, quizas, descubri a tiempo que de perfil se parecia mucho a mi madre: su nariz, los parpados, las orejas. desencantado me impuse prestarle atencion a los niños. mis pequeños primos. ¡eran muchos! salian de todas partes. bañados y vestidos con sus mejores ropitas, algunas remdadas, pero de punta en blanco. ¡Como reian! me regalaban flores de manzanillas y sonrisas llenas de grandes dientes. uno de ellos babiaba, tenia la boca muy grande y demaciada alegria. era el mas morochito, Titi le decian.



a la hora del almuerzo, el mediodia mas puntual de mi vida, me senti un Dios griego... abundo en carnes y vinos. tambien hubo postres caseros. realmente me di una panzada y como no es aconsejable ir a dormir enseguida despues de un banquete asi, el partido de truco ayudo a una buena digestion. luego de haber perdido varias jugadas de una manera humillante fui a tomar la tan ansiada siesta, sobre un cuero de vaca en la orilla del ocre agua del rio parana y bajo la sombra de un mango joven, porque le hice caso a mi mia Luchy que constantemente me la sugeria. habre dormido una larga media hora y tuve un sueño. soñe que el espectro de la primer mujer de la que me enamore se aparecia en mi cuarto de niño.



Veronica era mi vecinita y cumplia años el mismo dia que yo. pero era un año mas vieja. nos enamoramos al terminar el primer grado. sus ojos eran negros. recuerdo su mirada que solia decir mas con ella en silencio que con un millon de palabras. hablabamos de la vida como adultos subidos a los arboles o con medio cuerpo sumergido en el rio y cada vez que algo le preguntaba, primero hacia esa pausa llena de misterios seguida del impactande dardo de su mirada y luego si decia lo que pensaba. las pupilas no se le distinguian, uvas chinches fuera del racimo parecian sus ojos, gotas de petroleo sagrado, timidas pinceladas de Dali sobre su rostro blanco tanto como una hoja de papel. algunos le decian "la nena de hielo" de envidiosos porque se que todos la deseaban, todos querian ese trozo de glaciar que saltaba la soga de mi mano, trepaba arboles o llegaba a la escuela. el ultimo cumpleaños juntos fue el de mis nueve, sus diez. jamas le bese la boca porque no sabiamos como hacerlo. ademas pensaba que iba a morirme o en el mejor de los casos hacerme pis encima. cuando la vi desde la ventana del tren, parada en el anden, el dia que parti hacia Buenos Aires con su jardinero rosado y dos trencitas tenzas, me di cuenta que los zapatos le convinaban con el jasmin abierto que robe de la casa de doña Hermelinda y que este temblaba en su mano como las hojas de los arbustos detras suyo que buscaban el cielo nublado. sus ojos parecian dos inmensos agujeros negros en el espacio que me atraian como imanes, efectivos anzuelos que no me soltaban el alma. cuando el tren arranco ella corrio seguida por su madre desesperada la maraton mas larga de su vida, murmurando cosas que yo no entendia. el jasmin se deshojazaba y mientras avazaba iba dejando un camino de petalos blancos como si trocitos de su corazon cayeran en esa odisea por alcanzarme. de pronto la vi tropezar y caer como una bolsa de papas quedando alli semejante a un petalo de rosa en el suelo y a la distancia, mientras el tren tomaba velocidad y su madre la asistia sin consuelo. ella, Veronica, la primer mujer de la que me enamore en la vida murio al dia siguiente. Joaquin un caballo alazan al que le soliamos cantar canciones que inventamos acostados sobre la paja del corral, le dio una patada en la frente y le abrio la cabeza como a una nuez. de ese detalle me entere hoy en la carreta cuando pasamos frente a la casa de ella donde un jardin seco ocultaba la entrada, a mi tio le encanta la morbisidad. tambien me dijo que unos dias despues se dieron cuenta los padres que en una de las pesuñas del animal estaban escritas las primeras tres letras de las cinco que lleva mi nombre con pintura de uñas, pintura que a la desdichada madre le faltaba.



¡uy! disculpen mi veguedad. retomare la anecdota del sueño. en el sueño ella me hablaba y como en la estacion no la escuchaba, no le entendia y en el momento justo en el que habiamos podido convenir un dialogo gestual apropiado para entendernos algo humedo mojo mi frente, me desperto. senti mucho miedo, di un salto y grite. los pajaros que estaban sobre el mango huyeron espantados. no habia sido mi intencion despertar asi, es que Norma, mi madre me habia advertido sobre no quedar dormido en cualquier lado de la selva, mucho menos de tarde porque en ese horario salen las viboras de sus escondites para meterse en el agua. por suerte lo que tuve frente a mi cara de asustado fue a una tierna ovejita. la pobre al notar un cambio en el estado del cuerpo que dormia huyo rapidamente, la asuste como ella a mi intencionalmente.



de vuelta en el rancho me atrapo la noche. mi primer noche limpida, llena de inmensas y cuantiosas estrellas como un puñado disperso de purpurina sobre un vestido negro de terciopelo. la penumbra y el insomnio fueron parte de la oscura aquella noche en mi cuarto de infante. el marco deformado desde que tengo uso de razon impedia que la puerta se cerrase del todo y un retangulo de un tenue resplandor de un foquito de sesenta waths se dibujaba en el suelo de barro. no muy de madrugada magicamente se asomo la luna resplandeciente un largo rato por la ventana, parecia asombrada, como si alguien le hubiese ido a contar que yo estaba de vuelta en el pueblo y ella entre descreida y emocionada no dudo en comprobarlo. me visito al igual que en esas noches cuando mi cuerpo reposaba pequeño esperando verla y ponerme a llorar en soledad para luego poder dormir tranquilo. no podria precisar cuanto tiempo quedo colgada de la ventana, lo que si recuerdo es que al irse la luna, la habitacion se volvio a llenar de una espesa penumbra y gracias a eso pude persibir que el has de luz que provenia del pasillo contorneaba una figura parada detras de la puerta, que timidamente se asomaba por la abertura. en un principio me sugestione mucho. un poco de todo se me ocurrio en ese momento. la oscuridad impedia a la silueta brillar en su propio cuerpo. me ergi un poco en la cama y la luna como un avil custodio de mis espaldas, reaparecio en la ventana luminosa permitiendome ver con mas claridad ese bulto anhelante que me miraba como esperando una orden. fijo me miraba. estuve estupefacto un considerad tiempo tratando de comprender aquella situacion. aunque no pude. la noche llena de animales gritando y rodeando la casa, afuera en la selva oscura supuse la asustaba y por eso buscaria mi compania. de pronto volvio a esconderse detras de la puerta y su sombra debajo vi que desaparecia, se estaba yendo hacia la calle, sola y me dio lastima. me levante de la cama volando y abri la puerta de par en par. estaba a mitad de pasillo. caminaba lentamente, llena de resignacion, con un dejo de resignacion. senti ternura. antes de llegar al final del pasillo se detuvo y dio vuelta su cabeza. me miro. entonces le hice señas para que volviera y entrara finalmente al cuarto. no entendi porque pero se asusto. tanto temor le roduje que emitio una grito extraño y de tan rapido que encaro hacia la salida de la calle, el final del pasillo la sorprendio y al igual que un formula uno despistando se choco con la salamandra en deshuso y calleron los retratos y floreros que encima le daban una utilidad durante el verano. por suerte nadie se desperto. me dio mucha gracia y rei en silencio. volvi al cuarto y abri la ventana que daba al fondo de la casa y saque medio cuerpo para tratar de ver si hacia donde iba era el grane ro. pero la espesa oscuridad me lo impidio, enderredor cubria todo. los animales parecian gritar con mas fuerza que antes transmitiendome una sensacion de voracidad. me sente en la cama y mientras pensaba en el desdichado destino de aquella criatura, inofensiva criatura, algo pesado se poso en mi hombro izquierdo aferrandose certeramente. creo que mi grito fue mucho mas agudo y de espanto, aunque ahogado, que el de aquella pobre ovejita en el pasillo. encendi la luz, no se como, pero la encendi y una araña semejante al tamaño de una mano extendida caminaba compadrita por el suelo, riendose seguro de habarme asustado como si a ella tambien le hubiesen avisado que yo estaba de visita y no quiso estar exenta de la bienvenida. ¡Vaya consideradas las arañas! hubiese preferido que no se haya molestado la muy conchuda. lo minimo que se merecia era lustrar con sus entrañas la suela de mi pantuflas. pero no la mate. nunca lo hago nisiquiera con los mas molestos de los insectos. cuidadosamente con un paraguas roto que encontre arriba del ropero la corri para otro destino, al pasillo, lejos, fuera de la habitacion. el travieso artropodo se dirigio al igual que la oveja hacia el final del pasillo aunque rapidamente cambio de opiñion y volvio a mi con gran decision y me asuste porque tendria que hacerle frente si intentaba entrar nuevemente. matar en defensa propia no me hace dudar en la opcion y creo que ella lo persibio porque habilmente me esquivo y se metio en la habitacion de mi tio Hector por debjo de la puerta, aunque le costo meter su culo. pero entro aireosa en la intimidad de mis tios, en la amplia y humeda pieza que una vez fue de mis queridos abuelos. una tentacion de risa se apodero de mi. Hector se asustaria tambien. a la mañana siguiente me desperte entre gritos y escobazos de mi tia que enloquecida trataba de echar de mi cama a la oveja que a mis pies ella descubrio acurrucada cuando entro a despertarme. trate de calmarla y le pedi que no le pegara. pero ningun caso me hizo y salio de la habitacion diciendo y dando patadas en la cola a la ovejita -"estos bichos de porqueria, que vienen a ensuciar la casa"-















durante el segundo almuerzo de mi estadia desfilaron los vecinos de la cuadra que venian a conocerme. la anecdota fue el tema de risa toda la tarde. me cargaban. todos como de costumbre hacian referencia sexuales con respecto al animal, se reian desmedidamente, se burlaban. agradeci al cielo que nadie me to encontro semi desnudo en el pasillo a la madrugada, haciendole señas a la ovejita para que entrara en mi cuarto. mi tio no paraba de reirse, se tapaba la cara con una mano y me escupia las comisuras de su boca a cada carcajada repentina. en un principio me causaba mucha gracia verlo enrojecerse con la risa contenida. en la frente una gorda vena a punto de estallar le aparecia amenazante y me señalaba el muy idiota. eso pense de él luego de la decima vez que lo oi cargarme. en su antebrazo lucia una roncha inmenza con dos puntitos violaceos. aquella picadura me alegro como a ellos mi situacion de bufon indeseada. los dias pasaban rapidos y llenos de momentos hermosos. mis parientes y vecinos aportaron a eso. en el campo la gente es noble y de un corazon indefinible.



desde aquella mañana la oveja no se despego ni un minuto de mi. en la sombra bajo los arboles leiamos, pescabamos y hasta soñabamos. debido aquella relacion el chiste aquel volvia a sugir. mi tia jamas la volvio a golpear. el animal termino ganandose el cariño de todos. quisieron regalarmela debido a nuestra notable amistad. no pude aceptarla porque en Bunos Aires los edificios no son aptos para ni ningun otro animal que no sea el hombre. lo peor de todo para mi no fue la angustia por no poder llevarmela sino que me la hayan ofrecido delante de ella que me miraba fijo y en silencio como ansiando la respuesta en sus negros ojos, tiernos y llenos de misterios. dos uvitas chinches parecian en un manojo de lana sus ojos. ¡Ay! ¡dos uvitas chinches. la familia acordo no mirar a Minerva (bautizada por mi) puñal en la mano. mi tio juro que aunque estuviesen muriendo de hambre ella estaria a salvo. entonces yo jure volver una vez por año a visitarlos. por momentos parecia un niño







la familia acordo no mirar jamas a Minerva (Bautizada asi por mi) con el puñal en la mano. mi tio juro que aunque estuviesen muriendo de hambre ella estaria a salvo. entonces yo redoble la apuesta y prometi volver a visitarlos una vez por año. ellos se alegraron. por momentos parecia un perro, un niño, una fiel compañera. todas las mañanas como en un ritual naturalmente convenido mis primitos se abalanzaban sobre mi con la intencion de despertarme cariñosamente. Minerva los ayudaba. me pasaba la lengua por la cara. y los chicos reian. la ultima mañana de mis vacaciones amaneci rodeado de regalos, en su mayoria comidas caseras. muy de temprano la familia preparaba el agasajo final. algunos de los niños y la abuela adornaban el patio. tia pico y mis primas horneaban algo especial en la cocina.



¡Me tenia que ir! ellos querian despedirme. la alegria tenia un sabor agridulce en mi boca, mal oliente. era el momento de la partida. no veria mas a Minerva al menos por un año como lo prometi. como de costumbre, pero esta vez mas intensos los pequeños, me salpicaron de besos y abrazos. aun asi entre tanto cariño me di cuenta que algo me faltaba. abri junto a Titi los regalos y quedando el ultimo por desenvolver senti la ausencia de ella. la oveja, mi querida Minerva no estaba. mire por la ventana y las brasas en la parrilla estaban encendidas. -¡Maldito tio!- pense. como en un cuestion de estado el barrio entero se movilizo para buscarla. seria facil reconocerla entre el ganado porque tenia puesto un falso collar de perlas que habia donado la abuela a los niños para ella. nadie falto en el rastrillaje que duro hasta el mediodia, hasta Silvia la almacenera y su esposo cerraron el local para ayudarnos. intenso era nuestro esfuerzo bajo un calor sofocante, pero no aparecia. mi tia muy angustiada se acero a Hector y le dijo: _ ay que poner algo en la parrilla, sino Dieguito se va ir sin comer nada_ a él se le derrumbo la mirada y respondio -¡Me olvidaba! y miro entonces al granero. creo que todos en ese momento comprendimos porque se habia ido Minerva. -¡pobre tio!- pense. Hector se saco la camisa y se ajusto el cinturon del pantalon subiendoselo un poco mas, un marron pinzado que le quedaba corto. las medias azules se le veian sobre los zapatos llenos de pastos y tierra colorada. las gallinas corrian en circulo porque un cachorrito de la "Laisa" la perra policia las molestaba. cuando vi a mi tio junto a dos vecinos arrastrando a una oveja, mis ojos se inundaron y dos pequeños manantiales brotaron de mi rostro. con gran dificultad la apoyaron sobre una piedra que siem pre hubo de servirles para el sacrificio de los animales. la iban a degollar. ¡Algo habia que comer! Mi tio desenvaino el puñal, que me encandilo con el reflejo del sol, puso la mano sobre el cuello como si medico buscara el pulso y cerrando uno de sus ojos calculo el corte. el animal no dejaba de patalear ¡gritaba! el puñal se elevo por sobre la vena que como cuando Hector reia le broto de su frente sudada. entonces el llanto de Titi, como un trueno en la tormenta, interrumpio el descenso del filo letal, evito la carne abierta y la catarata morada hacia la palangana en el suelo. -Mama yo no tengo hambre, no tengo- el pobrecito tuvo un ataque de nervios y entre los mocos y baba de su boca, empapo la blusa blanca de la madre, que con las palmas de las manos le secaba la cara. el sacrificio era parte de mi despedida. volvi a sentirme una deidad olimpica y me odie.



el mediodia se devanecia y el viento comenzo a soplar con violencia repentina. la muerte rondaba el espacio en silencio. A Hector le temblaba el pulso, una hoja en el viento parecia el cuchillo que aun sostenia levantado. en un instante de vacilacion nos miro a todos y creo que por primera vez se sintio un asesino. volvio a observar el cuello de lana y no pudo. se le aflojaron las piernas. los dos complices, sus vecinos que la sostenian hoztiles la soltaron. la oveja los miro asombrada, luego huyo.



la lluvia sorpresiva comenzo a caer sobre la tierra colorada y mi rostro. los matorrales danzaban como sensuales odaliscas. y como por arte de magia de entre los yuyos aparecio Minerva. nos miro a todos con negros ojos y apesadumbradamente cruzo de lado a lado el fondo de la casa y se detuvo frente a mi tio, enfrentandolo. fijo lo miro un largo rato. Él exclamo -¡Minerva querida, apareciste!- y dejo caer el cuchillo que aun sostenia y se le clavo en el pie. entre los gritos de Hector, ella sola se subio a la antesala de la nada: la piedra. apoyo el cuello blanco sobre el altar Misionero y espero el corte. una emocion inusual se apodero de mi y corri hacia ella. apoye mi mano sobre la cabeza, agarre su osico y clavo sus ojitos en los mios. ella se estaba entregando ensacrificio por mí, como una madre, una amiga o como uno podria hacerlo por un gran amor. yo deseaba que me mojara la cara con su lengua, ella lo sabia, pero no lo hizo. solo me endulzaba con la mirada. respiraba lento y tragaba saliva angustiada. la traquea suya se movia en mi mano. algo intentaba decirme. aunque con su silencio bastaba. no pude resistirme y le di un beso entre sus bigotes ¡nuestro primer beso! en su osico tibio. ella cerro los ojos y suspiro humedeciendo mi nariz. por primera vez haye en lo azabache de sus ojos, cuando los abrio, las pupilas pequeñas. senti ternura. luego de ese interminable beso descubri que habian cambiado de color sus ojos, marrones claros se volvieron. asombrado le solte el osico y salio corriendo, asustada, como la primera vez en que nos vimos. me quede atonito. los niños y el perrito a los gritos la persiguieron. mire a todos los testigos presentes y mas de uno lloraba. mi tio sentado en una silla vocifero: -se fue para los yuyos porque quiere que la sigas- y como en un coro griego todos repitieron a modo de exclamacion -¡porque quiere que la sigas!- y luego fueron estruendosas las carcajadas. no me molesto aquel oportuno chiste, porque por primera vez estuvo ingenioso Hector. las pobres gallinas fueron las que nos alimentaron aquella tarde.



la despedida fue breve en la casa porque solo algunos pocos alli se quedaron, agitando pañuelos, mientras los niños corrian tratando de alcanzar a la carreta que me llevaba, hasta que una inmenza nube de polvo roja los devoro en la distancia. varias carretas me cortejaron. la terminal de micros se poblo de gente. alli la despedida fue eterna. un candidato a presidente me senti cuando desde la puerta del micro salude a la multitud de familiares y nuevos amigos. cuando la puerta se cerro senti mucha verguenza, los demas pasajeros me miraban y como si eso ya no hubiese sido suficiente para mí, que no me gusta llamar la atencion en publico, no encontraba el numero de asiento que me habia tocado. el señor que hubo de ser mi acompañante disimulado contenia la risa. mi destino fue la ventanilla. yo enrojecido como un tomate suplicabale a Dios en silencio que prive de ingenio a mi tio Hector en ese momento, porque me moria de un infarto si lo llegaba a oir gritar alguna bromita de despedida asomado en el vidrio. ademas alli adentro, aquellos, cuchicheaban y me observaban como a un bicho raro. en cambio afuera la euforia era total. inclusive una pancarta vi extenderse que decia: ¡Dieguito volve! ¡Te queremos! y firmaban asi: " tu tia Luchy y tio Lololo y los chicos y los vecinos y la Minerva que te va extrañar" algunos saltaban y con las palmas acariciaban el vidrio. cuando el micro arranco un chaparron se desato repentinamente para alegria de ellos, como si Misiones tambien llorase. brincaban y chapoteaban alegres. mi tia aferrada a la mano de Titi comenzo a seguir al micro saludando. el centenar de hermosos acompañantes la perseguian, hasta que los perdi de vista. las luces del micro enseguida se apagaron y se encendieron los televisores quedando las pantallas celestes y en silencio. me sintia muy feliz. porque habian sido bellisimas mis vacaciones. recuerdo que pense en ese momento que hubiese podido haber estado en Rio de Janeiro una vez mas perseguido por un batallon de ninfas desnudas. pero luego de aquella experiencia estoy convencido de que nada es comparable al cariño de mi familia. honestamente volvi asombrado. no eperaba tanto. no merecia demaciado. aunque lo que mas me impresiono de todo, fueron los imponentes jasmines en flor, que vi cuando volvi a pasar por el frente de la casa de Veronica. la lluvia habia hecho florecer aquel jardin de repente. como florecio en mi interior desde aquel dia, una nueva manera de considerar las cosas simples de la vida. entre ellas, la muerte.











¡CHORRA, ME ROBASTE HASTA EL AMOR!















Aquella tarde viajaba en el sesenta hacia una clase de teatro, llegaba tarde como de costumbre. El chofer estaba apuradísimo. Insultaba a los pasajeros. La gente lo hacia también. Yo no lo hice. Iba sentado en la fila de asientos individuales. El sol quemaba de mi costado. El colectivo estaba lleno. Cuando se vacío un poco me cambie de lugar. Tuve dos asientos para mi solo. En la parada mas importante del recorrido bajo todo el mundo y subió una anciana que casi se cae al ascender, se resbaló, piso mal el escalón. Una joven la ayudo en el intento. Nadie más. La señora se sentó en el primer asiento y la chica a mi lado. El colectivo estaba vacío. No pude evitar hacerme la película. La mujer era hermosa. Tenía los ojos grandes, celestes. Sus labios parecían tiernos, dulces y la piel suave. El libro en mi mano, una tremenda excusa, no podía concentrarme. Estaba excitado. Ella también. Sentí vergüenza. Era evidente que ella me gustaba y que por eso mis ojos se desviaban de las letras y buscaban su cuerpo. Perfecto. Cualquier pretexto me servia para mirar los asientos de enfrente, los individuales. Ella se hacia la tímida. La miraba, me miraba, nos mirábamos. Inquieto reanude la lectura: incomprensiva. De pronto sentí un codo en la cintura. Me miro, luego me dijo con una vos chiquitita, como escondida: -¡Perdóname!- y mirándome fijamente me sonrío. Quede duro. No dije palabra alguna. Solo sonreí. Hablo mi cuerpo.



Simule volver a la lectura mientras pensaba en preguntarle la hora para así poder entablar una conversación. No me anime. Faltarían unos veinte minutos de mi viaje y ella buscaba algo en el bolso. Me intrigaba. Saco una crema para la cara, unto los dedos y se la paso por todo el rostro bello, abundante. Realmente me causo gracia. Los pocos pasajeros que iban subiendo la miraban asombrados y a mi también porque estaba a su lado. Se masajeaba de una manera brusca, desmedida. ¡Esta loca! Pensé. Luego un espejo color rosado y ovalado le reflejaba la cara llena de crema. Me dio un poco de asco. Sus hombros eran hermosos y los pechos le sobresalían puntiagudos. En un momento se reacomodo en el asiento inquieta y me proyecto media espalda. Asombrado descubrí que me estaba observando por el espejo. Desde aquel objeto, rosado, ovalado, molesto. Una triple sensación invadieron mis sentidos: lastima, gracia y miedo. Ya no estaba excitado. Los nervios me ayudaban a contener la risa. Puse cara de intelectual. Por fin dejo de maquillarse y me miro. Yo lo hacia de reojo, disimulado. Creo que pensó que yo no la miraba por estar concentrado en la lectura y es por eso que comenzó a mirarse detalladamente en el espejo: los ojos, los dientes blancos perfectos. Acabado el ritual de belleza guardo el espejo. Tenía un suave y rico olor a crema. Sabía a aloe veras. El colectivo se había vuelto a vaciar y el chofer manejaba mas tranquilo. Sin acciones se veía un poco inquieta. Yo también. Entonces se humedeció los labios con la lengua. Le faltaba pintura. Nuevamente saco el espejo se la puso. Este era negro y cuadrado. Tardo mucho en pintarse. Se miraba las encías, rojas. Seguía mirándome por el espejo. Ella ansiaba algo, yo reía. Me volví a excitar.



Faltaba solo una parada más para que yo bajara. Se me cruzo la idea de pedirle el teléfono. No me animaba. El colectivo viajaba muy rápido como mi necesidad de entablar una minima conversación para poder volver a verla y concretar una cita futura, pronta y lujuriosa. Tuve miedo. Fui un cagon. Me conforme con rozar su piel con mis rodillas al salir del asiento. Pero al pedirle permiso con la mejor vos impostada que pude conseguir, se levanto rápidamente como una esclava. Sentí que le encanto que le ordenara dejarme paso. Nuestras piernas finalmente no se frotaron pero toque su mano, su piel que también se aferraba al fierro del respaldar. Era suave, me encanto. Ya de pie gentilmente me abrió paso. Pude percibir como respiraba por su nariz de princesa, profundamente. Me deseaba. Caminando hacia la puerta trasera imagine que sus ojos miraban mi espalda y cola. Cuando me agarre del caño y apoye mi pulgar en la perilla del timbre, gire hacia ella la cabeza, pero no me miraba. Estaba entretenida con algo entre sus manos. ¿El espejo quizás? El chofer encendió un cigarrillo. Estábamos solos: ella, el chofer y yo, que me tenía que bajar. Dejo de observar sus manos y enderezo la cabeza. Miraba hacia adelante, al conductor que también la contemplaba por los espejos. Yo ya no le importaba pensé. Me desespere. Su cuello blanco y largo me atraía. Cuando me di cuenta que me estaba por pasar de parada toque el timbre histéricamente, el chofer me miro. Creo que me insulto en silencio. El semáforo en rojo detuvo al colectivo justo el la parada. Mi parada, para mi suerte. Deseaba que me viera en la vereda desde la ventanilla, por si me saludaba. La puerta no se abría, tardo siglos. Cuando toque el piso me sentí libre. Corrí a su ventana donde felinos sus ojos me estaban esperando. La mire tiernamente y ella lo hizo al mejor estilo de una profesional. Me sentí un idiota. Debí haberle hablado y ganaba me dije. Ahora con más coraje le clave la mirada. Cuando el semáforo cambio a amarillo, ella me sonrío. Yo también. El farol rojo se encendió y ella me mostró sus manos, eran pequeñas. El colectivo lentamente arranco y me hizo señas con su dedo índice. Me indicaba ver los bolsillos traseros de mi pantalón. El colectivo tomo velocidad y desapareció hiriente. Agradecí a Dios la habilidad de la mujer, supuse una señal, algún mensaje en mis bolsillos. Cuando los revise me di cuenta que me faltaba la billetera. Sentí mi trasero más liviano. ¡No estaba para nada loca! Grite. La gente que a mi periferia camina se dieron vuelta, me miraron. Quise morirme. Nada podía hacer ya. Entonces me recogí el pelo y me fui para la clase de teatro. Llegue tarde como de costumbre.











Una reacción inesperada.







Aquella noche Celina llego a mi casa de repente, con su cara desencajada, como si le hubiesen desgarrado el alma en el subterráneo. Su ropa tenia olor a desodorante antitranspirante, me di cuenta de eso cuando la abrasé. ¿Vendría del gimnasio? Sus ojos habían llorado, el rimel en su rostro parecía la borra del café en el fondo de la taza que aun sostenía en la mano asombrado. Porque ella entro sin golearla puerta, de prepo. Me asuste. Pensé que algo malo le había pasado. Ella en su mano derecha sostenía un papel que enseguida reconocí como la pagina de mi nuevo anotador. Allí le había escrito su primer poema, que luego le envié por correo con la intención de demostrarle mi lado romántico. Llevábamos poco tiempo de noviazgo y en mi interior el amor crecía día a día como la hiedra sobre los muros de mi pequeño jardín. La hoja vibraba. Estaba nerviosa. No voy a negar que me sentí un poco incomodo al notarla en ese estado. Temí que me dijese algo negativo respecto al poema. Cuando le pregunte que le pasaba, sus ojos volvieron a derramar lagrimas, que entre los canales de rimel seco, en sus pómulos angulosos viajaron veloces al contorno de sus labios despintados. Entonces la bese para que no se ahogase y bebí sus lagrimas en un beso eterno. Me dio mucha ternura tocar con la mía su nariz de princesa europea y mirarnos tan de cerca unos breves segundos sin decirnos nada. Algo intentaba decirme, pero no le salía, no se animaba, no podía. Creo que apretó una de mis manos como buscando energía para no caer. La sentí tibia. Cuando le volví a preguntar ¿que le pasaba? Una sonrisa instintiva de mi rostro acompaño cada palabra. Y como a punto de expirar abrió su boca y por primera vez me dijo: Yo también, ¡Te amo!











LA NIÑA DESVELADA







Cuando llegue al pueblo me contaron que en el nicho del cementerio había encerrada un alma. Aunque nunca creí mucho en lo metafísico, la conmoción de la gente me llevo a hacer eso que todos temian. Ya en el sector de nichos y parado frente a un epitafio que decía Nélida Gonzáles Márquez nada extraño ocurrió. De puro testarudo me quede un considerado rato esperando. Entonces como nada extraño ocurrió riendo de mi mismo, partí por el pequeño y frío pasillo. Pasillo que se me hizo interminable, luego de haber oído detrás de mío, una vos de niña que decía: mama tengo mucho frío. Rompe los muros y ven a abrazarme que esto de estar separadas me pone muy triste.



















MI PRIMER DIA DE CLASES







Mi primer día de clases fue, como uno de esos momentos en los que uno puede callar y así la vida, mi vida, acumula en su haber una experiencia más. La gente que a mi periferia respiraba entrecortadamente al responder las preguntas de los profesores, me daba la tranquilidad de darme cuenta que el humano es un ser sensible. Me sentí feliz. Los compañeros se aterraban de mi vos. Algunos oían atentos como si lo que yo dijera fuera interesante. A pedantería de algunos me dio retorcijones en el estomago, vació. El murmullo que provenía del pasillo seguramente de los cursos de cuarto o quinto año me situaba en un colegio. Finalmente comencé a sentirme un alumno. Al pasar los primeros minutos desde que la silla se hizo parte de mi sentí que decenas de ojos rasgaban mi espalda al ritmo tibio de un disparo. Me miraban. Aquellos mis compañeros, me miraban. Recreo a las cuatro de la tarde. El momento más incomodo del día. De repente el preceptor asomo su rostro por la abertura de la puerta garabateada y nos advirtió de que no estábamos presos. ¡Podíamos salir a recreo! Cintia mi amiga, desde el primer momento que sentí que a quería fue quien me ayudo a soportar al ejercito de ojos que me herían en el espacio. Eso sentí de puro egocéntrico. Pero lo sentí. Más de lo mismo fueron los momentos que luego transcurrieron luego de aquel recreo primero y único.



Cada profesor se di el gusto de exhibirse con el discurso paterno. Todos se tornaron monótonos. Todos tuvieron buenas intenciones. Pero todos fueron, sin excepción, a imagen de nuestros queridos padres. El mío, muerto, también era de discurso monótono.



Finalmente el timbre de despedida fue quien puso otro tono a mi primer día de clases.















LA HIJA DE LA NOCHE







ESTA ES LA HISTORIA DE UNA ROSA. UNA MUY PARTICULAR. Una rosa QUE NACIÓ DE MADRUGADA CASI COLGADA DEL ALBA, DE REPENTE, COMO POR ARTE DE MAGIA, EN UN JARDÍN DE LA REALEZA ORIENTAL.



Esta rosa SE DESTACARÍA CON EL TIEMPO ANTE LAS DEMÁS EN EL JARDÍN DONDE HABÍA NACIDO POR SU COLOR NEGRO ATERCIOPELADO, COMO SI LA NOCHE SE ESCONDIERA EN SUS PÉTALOS Y LAS ESTRELLAS DENTRO DE SU TALLO DURMIERAN APILADAS.



POR SER ÚNICA EN SU ESPECIE, PADECIÓ LA CONDENA DE SER MAL VISTA Y RECHAZADA POR LAS DEMÁS FLORES, PRINCESAS DE LA TIERRA. Las otras, DÉBILES ya Y EN DECADENCIA POR EL CAMBIO DE ESTACIÓN TRASMITÍAN NOSTALGIA EN EL PARQUE REAL. MIENTRAS ELLA, LA SEÑALADA, CAUSABA EXPECTACIÓN A LAS ALMAS SENSIBLES DE LA COMARCA.



Y ASÍ FUE QUE ACONGOJADA POR SENTIRSE DISTINTA QUISO EMPRENDER SU PROPIO DESTIERRO. PERO COMO A OÍDOS DEL PRÍNCIPE HABÍA LLEGADO EL RUMOR DE SU NACIMIENTO, ÉL MISMO EN PERSONA, SE PRESENTO EN EL JARDÍN PARA CONOCERLA EN EL MOMENTO JUSTO EN QUE LA ROSA NEGRA SENSUALMENTE abandonaba SU JARDÍN, AL RITMO DEL VIENTO CALIDO DE ESA TARDE. CUANDO el principe LA VIO SE QUEDO PERPLEJO POR LA PERFECCIÓN Y BELLEZA DE AQUELLA ROSA, A QUIEN EN VANO INTENTO DETENER CON GESTOS Y HERMOSAS PALABRAS.



DESDE ESE DÍA, EL JOVEN MONARCA, no PUDO OLVIDAR SU AROMA -UN PERFUME SEMEJANTE AL DEL PARAÍSO. ASÍ LO DEFINIÓ ANTE SU SEQUITO DE AMIGOS ÍNTIMOS, TRISTEMENTE. Sus amigos LE PROMETIERON AYUDARLO A BUSCARLA HASTA EL FINAL DE SUS DÍAS.



PASADOS UNOS AÑOS DE ARDUA TAREA, PUDIERON HALLARLA CASI MARCHITA, EN EL PATIO DE UNA HUMILDE CASA. La débil rosa quedó perpleja. NUNCA hubiera IMAGINado QUE EL PRÍNCIPE estaría BUSCÁNDOLA DESPUÉS DE TANTO TIEMPO. EMOCIONADA LE CONTÓ SUS DESVENTURAS, LAS PENURIAS QUE PASO DESDE QUE SE HABÍA MARCHADO, LE HABLO SOBRE SUS CONTINUOS DESTIERROS, DISCRIMINADA DE LOS JARDINES A LOS QUE LLEGABA POR SU CONDICIÓN. Y LUEGO DE ESCUCHARLA LARGO TIEMPO EL PRÍNCIPE LE PROPUSO VOLVER CON ÉL. ELLA LE CONTESTO QUE YA TENÍA DUEÑO, UN ANCIANO USURERO que LE HABÍA SALVADO LA VIDA EN UNA OPORTUNIDAD Y con quien no quería ser tan desconsiderada como para abandonarlo. LA ROSA CONCLUYO DICIENDO QUE SU DESTINO ERA MORIR AHÍ, EN ESA HUMILDE CASA, AISLADA DEL MUNDO. “Esto merezco por ser negra”_ le dijo. Y además te confieso que tampoco yo pude olvidar nunca tus ojos y fue por temor a que me rechazaras tú también que decidí no escucharte aquella primera vez en que nos vimos y decidí huir”.



A PESAR DE Los artilugios y las artes DEL PRÍNCIPE POR CONVENCERLA DE QUE REGRESARA A LAS TIERRAS DE LAS QUE NUNCA TUVO QUE HABER PARTIDO, LA ROSA, NO CEDIÓ POR SUS CONVICCIONES HONRADAS Y ÉL TUVO QUE CONSOLARSE CON SOLO VOLVER A VISITARLA A ESCONDIDAS, UNA VEZ POR SEMANA.



HASTA QUE UN DÍA EN UNAS DE SUS VISITAS TUVO UNA GRAN IDEA: DIO A CONOCER SU LINAJE Y CON UNAS MONEDAS DE ORO TENTÓ AL VIEJO USURERO EN HACER LA VENTA DE SU CASA Y DE LA ROSA NEGRA SIN PROBLEMAS. Y ASÍ LOGRO RECUPERARLA SIN QUE ELLA SINTIERA CULPA ALGUNA.



VARIOS MESES DESPUÉS FINALMENTE EL PRÍNCIPE COMPRO TODAS LAS HECTÁREAS que rodeaban el lugar Y AQUELLA CASITA CASI DERRUMBADA, SE TRANSFORMO EN EL CENTRO DE UNA GRAN COMARCA LLAMADA BLACK ROSE, DONDE TODAS LAS FLORES TIENEN EL MISMO VALOR SIN IMPORTAR SU APARIENCIA, COLOR, AROMA U ORIGEN. Gracias a la conjuncion de tanta belleza, se crearon allí LOS JARDINES MAS HERMOSOS DE LA TIERRA.



DESDE ESE DÍA ELLA Y EL PRÍNCIPE JAMÁS SE SEPARARON, DEJANDO COMO ENSEÑANZA AL MUNDO, QUE LO QUE DEBE SER MAS IMPORTANTE CUANDO EL AMOR AFLORA NO ES, LA APARIENCIA EXTERNA, SINO LA ESENCIA DE LA PERSONA A QUIEN SE ELIGE COMO COMPAÑERA.



Y AQUÍ TERMINA LA HISTORIA DE LA ROSA NEGRA, aquella ROSA MUY PARTICULAR QUE GERMINO DE UNA LÁGRIMA, QUE HACE MUCHO TIEMPO DERRAMO LA NOCHE EN LA ARENA DEL DESIERTO. HASTA ESE MOMENTO NO EXISTÍA FLOR ALGUNA EN EL UNIVERSO que LA REPRESENTARA, COMO HOY LO HACE LA REINA ATERCIOPELADA DE ESTA PERFUMADA COMARCA.







Diego Gette

Este cuento fue estrenado por la actriz Luisa Kuliok en su montaje teatral llamado black rose.

Aportes literarios: Hugo Urquijo.















LA NIÑA AVE











la niña ave, asi la llamaban a la rubiecita, que habia nacido con una particularidad en el rostro y que iba a un colegio del estado en la ciudad de san miguel cuya fachada se asemejaba mas a una carcel que a una institucion educativa, abarrotadas las ventanas, abarrotadas las puertas y abarrotados los estudiantes. -tenia un poco mas de nariz que la gente normal- me dijo una vez la señora del kiosquito de al lado de la escuelita, con un dejo de asco… quien me parecio que tenia mas bigotes que yo.



en lo personal creo que exageraban un poco, sus compañeros, es que si la veias de frente, no de perfil, aclaro, según una foto que vi, no te llamaba tanto la atencion !pobrecita!



sucede que para colmo dios no la doto de una gran estatura tampoco, casi enana si la comparabamos con las demas alumnas a la hora del recreo.



ya en cuarto grado unas manchitas blancas sin querer le fueron a salir en la piel, primero en la espalda casi a la altura de los omoplatos, cosa que fue buena para ocultarlas…pero ultimamente ya asomaban algunas por entre las ropas como hojas de una hiedra inoportuna que prepada hacia el menton por entre el cuello, que si fuera hombre hubiese dicho casi a la altura de la nuez de adan para ser mas preciso. manchas que fueron inocultables llegados los dias calidos de primavera.



una vez clarisa su peor verduga al verla sin bufanda se las descubrio y a los gritos en medio de la clase vociferó -te felicito angelica ya te estan saliendo las plumas- obviamente que hasta la maestra no pudo aguantarse la risa y desde ese dia ella tambien se gano el odio de su alumna mas silenciosa, quien en un impulso salto de su banco y salio corriendo del aula.



ni siquiera su voz la ayudaba para desprenderse de su apodo, era tan aguda que parecia el canto del gilguero de mi cuñado que cada vez que le saca el trapo con el que tapa la jaula en la mañana me despierta de buen humor.



ya en quinto grado el agne muy pronto comenzo a florecer, picandole la piel y dando a su rostro un aire masculino. - el grano mas chico verlo de cerca daba miedo- eso me dijo andrea su compañera de banco. parece que se les infectaban tanto que la pus que se le juntaba en los poros era como para aderezar catorce panchos a falta de mayonesa, ocurrencia de su compañera de banco tambien, aclaro.



ustedes se preguntaran que tiene que ver una nena con esas caracteristicas con un ave… bueno si me permiten una opiñion al respecto yo la verdad, por eso dije que exageraban sus compañeros, mas que como un ave la asemejo con cacho el mecanico boracho amigo de mi hermano.



¡pobrecita!



yo no quiero escupir para arriba porque en una de esas me nace una hija semejante.



sin mas detalles ire directo al grano…quiero decir al nudo de la cuestion. como podran imaginar esa niña sufria mucho, al apodo de ave se le sumo el de nena cebra, hija de tigre, dalmata, niña sifon, tabique, manchada de mierda, narigona y asi podria seguir pero ya esta bien para dejar claro que los chicos en el colegio cuando quieren son creativos y crueles ¿no?



no es que yo quiera justificarla ¡pobrecita! pero estos detalles no los podia dejar pasar antes de contarles lo que sucedió la clase despues del veintiuno de septiembre, mientras todos comentaban euforicos sus andanzas entre los bosques de palermo.



ese dia ella llego mas temprano que de costubre acompañada de un hombre en una moto con quien mantuvo una breve charla y una actitud extraña, como cuando dos personas traman algo a escondidas y finalmente se despidieron en la puerta del kiosquito. el antes de arrancar la moto miro la hora en su reloj.



ya en el aula parecia que angelica habia decidido ser al hasme reir de sus copañeros porque no busco excluirse como lo habia hecho siempre sino que se entremezclo en el grupo resignada, sabiendo que los oiria disfrutar de que ella falto al hermoso pic nic con el que se festejo la primavera. actitud que soprendio unicamente a andrea su compañera de banco. los demas solo se ocupaban en exagerar las anecdotas mirandola de reojo sentada sobre una mesa y con las manos dentro de los bolsillos. en ningun momento miro a nadie a los ojos mientras estuvieron solos, su atencion estabo puesta en amacar las piernas y en analizar el movimiento pendular de sus pies.



fue un dia de mucho calor y ella vestia con una campera que le llegaba hasta las rodillas, y no habia llevado mochila ni guardapolvo. de pronto entro al aula la maestra, llena de ese hermoso perfume del que tanto me hablo la portera. al verla como impulsada por un resorte angelica corrio hacia la puerta y la cerro bruscamente quedando apoyada sobre ella, inmediatamente todos callaron porque supieron que habian quedado encerrados ya que la puerta no tenia picaporte y solo abria reemplaazandolo con una tijera grande que siempre se le pedia a la maestra y que dias atrás se habia extraviado inexplicablemente. la docente tras el estruendo del portazo y el susto giro sobre si misma y la observo asombrada. angelica le clavo la mirada como un buitre a punto de devorar a su presa. los ojos se le habian achinado demaciado y la gran nariz enrrojecido. y aun con las manos dentro de los bolsillos que por primera vez todos descubrieron embultados como si algo pesado escondiera en ellos genero panico. la maestra pego un grito y cayo sentada de culo cuando vio que angelica saco su mano izquierda y avanzando a grandes pasos con los dedos extendidos hacia ella no pensaba deterse. andrea se tapo los ojos cuando vio que con la otra mano del bolsillo derecho saco una tijera. otro grito de la señorita dio lugar a que los niños testigos huyeran como ratas por entre los banco buscando refugio bajo las mesas. en medio del caos se oyo la voz entrecortada de la maestra que decia



-laura barrionuevo cinco, clarisa martinez tres, andrea rodriguez dos- la tension en cada uno de esos pobres cristianos crecia a media que el orden correlativo de la lista iba acercandose al apellido de la niña ave, apodo que mas de uno habra lamentado en ese momento repetir alguna vez. de pronto -angeliquita zapata - dijo la maestra - nueve cincuenta- y gesticulo una sonrisa instintiva. el silencio que reino despues de oir aquella nota fue sepulcral, duro siglos para algunos, milenios para otros. lo que primero se oyo fue el ruido del chorito de pis que cai al suelo desde la silla de la maestra. luego la voz chillona de angelica termino de quebrar el silencio –esta es su tijera señorita- dijo relajada -me la dio la señorita estela cuando la cruce en el pasillo el dia que todos ustedes se reian y yo sin su permiso me escape al baño, porque dijo que se le olvido devolverla. y como no me gusta quedarme con nada ajeno se la de vuelvo. ahora me voy volando e hizo una gran pausa tras la cual ni el sumbido de una mosca se oyo -¡ah! tenga cuidado que me parece que el aula se lleno de burros a ver si alguno le da una patada- y dejando la tijera incrustada a modo de picaporte salio su nariz y luego el resto del cuerpo veloz por el pasillo. desde ese dia no supieron mas nada de ella y según el cocinero que yo ahora reemplazo, sus padres le dieron el gusto a la nena y la cambiaron de colegio porque descubrieron que el nivel de este la atrasaba mucho. no hicieron mal.



por lo que veo los maestros aquí ponen mas el empeño en no contagiarse de piojos y de rogar que ningun chico se desmaye de hambre que en enseñar.



pensandolo bien ojala yo tenga una hija como ella el dia de mañana. un nueve cincuenta ¡que buen regalo para un papa!















LA NOCHE QUE EMPECE A OLVIDAR















Las cuatro esquinas estaban desoladas, como mi alma, y el viento corría ágil, era frío y no tenia rumbo. La medianoche reinaba sobre una buenos aires llovida. Exactamente hacia unos minutos se cumplían cinco meses desde el momento en que de la boca que de tantos besos bebí y selle entre la suavidad de su dulce carne había escuchado: “Ya no te amo”. Me había dejado impunemente la mujer que aun extrañaba. Ahora a la distancia me doy cuenta que fui un ingenuo al pensar que, luego de tantos meses, ella volvería diciéndome que su cotidianeidad le dolía sin mis brazos aferrados a su cintura, como un oso perezoso a las ramas de un árbol. Me acostaba y despertaba con su imagen, que hábilmente se adhería a la ilusión más carnica de mis sentidos. Para evitar la melancolía temprano visite a Laura. Con ella almorcé y cene inclusive hasta que ya no pude seguir fingiendo y me fui entre reproches de mi hermana. En un instante sentí culpa por irme y vacile. Entonces le mentí para no ceder. Ella me creyó que tenía una cita. Me hizo muy bien verla. Pero necesitaba estar solo nuevamente, quería llorar y delante de ella me daba vergüenza.



Ya recluido en la parada de colectivo pensaba una estrategia para poder hablar con mi ex novia sin que fuera evidente mi intención era hablar de nosotros y no de las pertenencias que ella tenia mías en su casa. Comencé a jugar con las monedas dentro del bolsillo del pantalón.



A mis pies el bache de la calle me situaba nuevamente en la realidad. Estaba en un barrio humilde del conurbano bonaerense. Años llevaba allí ese cráter productos de los colectivos, que no loso rompían sino que salpicaban la vereda del mercadito de paredes manchadas y escritas, donde una señora gorda de día lo atendía, con mal humor y olor por cierto. A veces era asaltado y alguien injustamente Moria. Recuerdo una vez que fuimos con mi querido cuñado a comprar queso para las pizzas que yo mismo había amasado y “La Elena” como así le decían. Mientras nos tomábamos esos pequeños segundos en los que uno se pone pelotudo y no puede decidir ni acordar con el otro la cantidad de gramos para llevar “La Elena” ofuscada nos repitió la pregunta ¿Y nene cuanto de queso? Honestamente me dio mucha rabia que nos tratara de ese modo y rebeldemente me tomo todo el tiempo del mundo para responder y la quede mirando fijo. No se si como en una reacción instintiva de incomodidad de su cuerpo, levanto el cuchillo parrillero destinado al corte y cual samurai lo escondió detrás de su inmensa espalda. Mire a mi cuñado asombrado, y por tercera vez nos repitió la pregunta rascándose con la punta del cuchillo el omoplato derecho: ¿Cuánto les corto? Obviamente que nos fuimos muriéndonos de risa y asco.



Cuando me di cuenta que media hora había pasado, insulte al colectivero. Me sentía solo, inquieto. Enfrente mío la plaza grande, oscura y abandonada. Algunos perros sarnosos la rondaban y le ladraban a las almas en penas. Me entristeció aun más aquella escena hermosa. La resignación y yo fuimos parte y testigos de aquella pequeña farsa nocturna .los autos, las fradadas, los gritos, la música, los tiros lejanos, todo me inquietaba en aquella noche interminable. Garabatee inmensos caminos en la espera del transporte público. Los motores de las heladeras del local se encendían y apagaban seguido, las botellas vibraban dentro. Y yo en esa esquina. Aunque había poca luz quise ponerme a leer bukowsky pero no podía concentrarme. La muerte me hostigaba con su presencia invisible, anhelante sobre mi cabeza. Los cuartos de hora seguían pasando lentos. El temor se me iba transformando en ira. El reloj marcaba la una y media. Mis zapatos habían comenzado a enfriarse, a la humedad la sentía en los huesos. En el piso había charquitos de agua embarrada. De pronto vi dos tres sombras que se dibujaron entre la niebla espesa. Nunca vi un fantasma pero calculo que debe ser una sensación similar a la que sentí cuando los vi avanzando con una botella en la mano. Pensé tantas



Cosas en ese momento. Imagine mi destino inmediato e intente huir. Pero no lo hice. Cualquier otro sitio seria tan o mas peligroso aun. Ese no era mi barrio. Me quede duro para que creyeran que era una estatua. Mi hermana me lo había advertido “Quédate a dormir mira que el barrio es peligroso” “andan robando mucho” “Allá en el mercadito la otra vez mataron a un pibe” ya la bruma no me impedía distinguirlos. Eran siluetas delgadas. Claramente, veía en dos de ellos gorritas y las manos dentro de los bolsillos de los camperones. Se acercaban demasiados rápido. Les clamaba piedad en mi interior a esos verdugos de mi breve tiempo en esta nada maravillosa que es la vida, a quienes quizás iban a matarme como a un cordero. Mi sangre mancharía las paredes del mercadito por ser un joven con solo tres pesos con cuarenta y cinco centavos en el bolsillo del saco prestado. Esa noche fría no me gustaba como ultimo recuerdo del mundo. Ellos seguían enfilando hacia la parada: mi espacio. Creo que mis ojos brillarían desde lejos como los de un gato por el miedo y la angustia por esperar tanto el colectivo: ¡Mi salvación! De repente un manchon espeso de oscuridad bajo los arboles desfallecidos los devoro. Habían desaparecido como por arte de magia. Respire profundo y relaje mi cuerpo. Se habrían ido pensé par otro lado. Gire la cabeza y mire hacia la avenida que se dilucidaba pequeña e iluminada. Un cerco de un kilómetro y medio aproximadamente me separaba de ella. Allí quizás podría tomar otros colectivos que me sacaran de esa situación hostil. Pensé correr para allá, pero un cerco de un kilómetro y medio aproximadamente me separaba de ella. El aeródromo municipal allí estaba para alegría de la gente de una mejor clase. Cuando oí ruidos desde los árboles de la plaza me arrepentí de no haber corrido a tiempo porque de ahí reaparecían las siluetas, los inmundos revoleando y sacudiendo sus órganos reproductores, sus vergas. Habían orinado a los pobres sauces, como los perros. Me tranquilice de inmediato, no por haber presenciado ese espectáculo cotidiano, sino porque se dirigieron para otro lado. Se fueron hacia donde la niebla nuevamente los envolvió como un tul endemoniado, el lado de la villa cercana. Ellos reían desmedidamente y se insultaban las madres. Se daban cachetazos en las cabezas. El que no tenia gorra escupía gargajos, verdes supongo, como las hojas que le faltaban a los árboles. Iban alegres, felices, conformes con lo poco que les dio la vida. Quise ponerme a llorar pero no lo hice. Porque yo no soy quien para sentir lastima por gente tan desdichada como yo. Las tres de la mañana sonaron en mi reloj y me quise morir una vez más. Pero que le iba a hacer. Me la tenía que aguantar. Yo mismo había elegido mi destino. Mi hermana algo semejante me había advertido. Me senté en una piedra grande que había en la vereda y ni bien lo hice comenzó a garuar. Cartón lleno murmure. Lo único que me faltaba era la lluvia. Pensé en volver a la casa de Laura, mi hermana, pero solo lo pensé. Porque no quise asustarla. Ella pensaría que yo ya estaba en mi casa acostado y en buena compañía. Lo único que me quedaba era tomarme esa situación con humor. Entonces me propuse batir un record personal. Porque jamás yo había esperado mas de tres hora a nada ni a nadie. Bueno, en realidad hacia cinco meses que aguardaba a la mujer que amaba, pero eso era otra cosa. Me impuse superarme a mi mismo y creo que lo logre. Ya a las cuatro y diez me levante de la piedra con la intención de descargar un poco de bronca gritando a los cuatro vientos alguna barbaridad, pero luego me arrepentí. Los vecinos no tenían la culpa de mi desdicha. Ellos dormían placidamente como lo debería haber estado haciendo yo que a las ocho entraba a trabajar. Entonces decidí buscar una lapicera dentro del bolso y apoye una rodilla contra la pared dándole mi espalda a la tenebrosa plaza por primera vez. Reinaba un gran silencio en derredor. No podía encontrar la lapicera y eso me enojaba. Por primera vez en toda la noche un sonido que me hizo feliz llego a mis oídos. Eran los tacos de una mujer que acercaban. Sensualmente, aunque de reojo vi, como doblo la esquina. Sentí su perfume cuando paso por detrás mío. De Me erguí inmediatamente. Mire su cola y era como una de esas que tienen las modelos que aparecen en las tapas de las revistas en épocas de verano. Aunque había algo que no me cerraba: tan rubia, la minifalda. A tres metros de mi detuvo su andar y se dio vueltas, me miro. Me pidió fuego, y recién ahí, créanme despoje mis dudas. Fuego que lamente no tener. Entonces siguió su camino, revoleando las caderas, para el lado del cerco y la ruta lejana. Ella calzaba como cuarenta y cinco. Me dio mucha envidia su voz. Ojala tenga yo una semejante algún día. Cuando finalmente hallé la lapicera escribí en las paredes del mercadito “Estoy podrido de esperar” “La quietud es una gran agonía” y me fui corriendo hacia la acogedora oscuridad del aeródromo, donde no se si encontré la felicidad o a la mujer de mi vida. Pero termine no pasándola tan mal aquella madrugada, en donde comencé a olvidar a la mujer que me lastimaba el alma. Y a visitar más seguido el barrio de Laura.



MI VECINA Y SU CANICHE HINCHA PELOTAS (EN PROCESO)



Ese martes limpida la noche, sostenia a la luna sobre mi ventana entreabierta como a un dije de perla iluminado. Los mosquitos me devoraban porque se habia apagado el espiral que yo maldecia por no exterminar a esos pequeños malditos verdugos y que luego de volver a encender bendije. Mi vecina era una mujer hermosa. Estudiante de psicologia, amante de la literatura, el cine y los buenos perfumes. Muchas veces la encontre en el video club o en el ascensor, donde siempre le podia ver debajo de su axila derecha un libro distinto. El ultimo que le vi fue uno del Marquez de Sade y eso me inquieto. Hablabamos lo justo y necesario como cualquier vecino respetuoso. Aunque a veces me gustaria ser un ordinario abobinable. Pero la realidad y la paciencia me llenaban de optimismo. Ella tenia un perro caniche blanco. !Muy hincha pelotas¡ Cada vez que abria la puerta Patricia y el animal veia a alguna persona en el pasillo o en la boca del ascensor daba unos alaridos espantosos que ella dulcemente callaba con caricias y besos al cerrar su puerta, la septimo B. Recuerdo que una vez me conto que bailaba de chica y que venia de una clase de tango. Hubiese querido en mas de una oportunidad no dejarla bajar del aparato. Usualmente usaba vestidos cortos o polleras en epocas de verano. Su carnosa boca y pelo ondulado hasta los homoplatos le daban un aire indescriptible. El dia que la descubri con una pelicula de Tinto Brass bajo el braso casi la agarro de los pelos, es mas, ella se dio cuenta de mi intencion y simule espantarle un insecto. La hubiese obligado a arrodillarse y a que apoyara su mejilla izquierda en el suelo, en la alfombra de goma. Los laterales del ascensor, las paredes, eran espejadas hasta el piso. Imagine mirarme en ellos al meterle la mano debajo de su falda para arrancar su minuscula bombachita, seguramente de encaje. No vayan a pensar que soy un psicopata, un violador asqueroso. Solo fueron fantasias, cosa natural en un hombre con una vecina bella. Me la hubiese cogido como un conejo. ¡Si! en esa posicion hasta que la puerta se abriera en el septimo B o en la terraza, para luego salir corriendo satisfecho, no se, eso siempre lo desee. Pero ella era una buena chica como para arruinarle la vida de esa manera. Me conforme en un principio con masturbarme pensando en esa idea, luego de cada vez que me la encontraba. En los otros departamentos del piso vivian Miguel, solo, aunque siempre acompañado y una parejita de viejos adorables, que tambien tenian un perrito adorable, que se los paseaba un joven que venia todas las tardes. Al caniche de patricia no lo paseaba porque era muy agresivo, enano y de mal genio con los desconocidos. Ella lo paseaba tambien por las tardes.

Miguel era un buen tipo. Aunque los viejitos mucho no lo querian, por prejuicios tradicionales de la moral, porque decian que era un pervertido. Claro, imaginense que para ellos a su edad lo que uno hacia con su culo o la pija les importaba. Y mucho peor aun si un hombre se divierte mas con lo primero que con lo segundo ¡Bah! eso supongo. A mi me encantaba, es mas una noche lo invite a cenar a casa con su compañero de años y recuerdo que los ancianos por unas semanas no me saludaron. Pero... ¡como son las vueltas de la vida! El dia que la señora se descompuso y Gregorio, su esposo, salio a los gritos al pasillo buscando ayuda, fue el pervertido quien la alzo en sus brazos y con su auto la llevo al hospital. Pero asi y todo nunca logro ganarse el cariño de ellos. -La proxima vez que le pase algo a esa vieja te juro que por mas que me llore de rodilla ese viejo Facho no pienso mover ni un pelo del orto- eso me dijo Miguel enojado en una charla que empezamos en el ascesor y terminamos en la boca del subte de la estacion Callao. Las cosas que me conto me asombraron tanto que casi me pongo a llorar. Se lo veia un tipo feliz, enamorado. Pero no era tan asi. Estaba sufriendo mucho. Salia con una persona que el mismo desconocia. Alguien que por momentos lo humillaba. Su compañero, ese hermoso hombre, que adorable ceno en casa una noche, era de temer. Miguel descubrio que a él le encantaban tambien las mujeres cosa que nunca se lo dijo y que tenia una pareja paralela con una mina que laburaba su cuerpo y que tenian un hijo medio bastardo en comun, medio porque no sabia si la leche era de el o de alguno de sus clientes, segun la mujer. Falopera la pobre, una espece de animal en su aspecto. De esto el se entero por parte de la piba misma que un dia dice que lo espero en la puerta del departamento, borracha, golpeada en el rostro y con el nene en brazos y le dijo todo. Creo que Miguel no se animo a contarle o preguntarle si ella estaba al tanto de que él era portador del sida y que el hombre en cuestion tambien. Es mas supuso que ella seria portadora indudablemente. Lo que lamento es no saber si la criatura lo era o no? Lo peor de todo es que él no podia despegarse de ese hombre. Es algo que estaba tratando en terapia pero ni así lograba despegar de esa historia. Cuando nos despedimos le agradeci que me haya dado tanto, me senti muy agraciado sabendo que alguien podia confiar de esa manera en mi. Y asi, desconsertado, me fui a trabajar.

Cuando volvi al departamento empezada la madrugada y abri la puerta del ascensor en el septimo. Me cruce con Miguel y la viejita adorable una vez mas en sus brazos. Patricia estaba muy preocupada en el pasillo con el perrito histerico alzado y el compañero de Miguel muy desubicado, hacia alarde de su cuerpo desnudo y del gran bulto en el calzoncillo. Yo lo mire desafiante porque su actitud era peyorativa respecto a la situacion. Parecia que le importaba mas coquetearle a Patricia que asistir al pobre Gregorio que no podia cerrar la puerta de su departamento por los nervios. A ella le llamaba la atencion esa verga dormida, oculta entre la tela blanca de esa cara ropa interior. Porque disimulada miraba. Él tenia al perrito de los viejos en sus brazos como estrategia para que ella lo observase. Cuando Gregorio se marcho en el ascensor poniedose una boina negra junto a Miguel y la señora. Los tres quedamos desconcertados. Ella tenia puesto un camison de seda azul que le marcaba la cola, como a un delicioso bombon envuelto para regalo. Blanca sus piernas resplandecian. - Pobre doña Juana- Exclamo e inquieta ante nuestras lascivas miradas se encerro en su departamento. El muy idiota. Se quedo observandome sin saber que yo sabia la basura que era en realidad. Honestamente no voy a negar que me fue imposible no volver a mirarle el bulto. Y lo hice sin disimular e inmediatamente saque el manojo de llaves y busque la de la puerta, pero no la encontraba, se me hizo una especie de nube y probe varias ante la miraba fija de aquella bestia que se tocaba la carne media dormida. Me senti una virgen en manos de un marinero recien desembarcado. Como a un pelotudo se me cayo el monojo de llaves al piso y cuando atine a agacharme para agarrarla vi que solto al perrito y el adorable llego primero que yo y comenzo a jugar con el llavero que justamente era una simulacion de una pelota de golf. Se lo saque rapidamente de la boca y como en una vil provacacion, al intentar erguirme para abrir la puerta descubri que el muy hijo de puta estaba parado al lado mio con sus atributos a centimetros de mi cara, con la escusa de recoger al animal. Me quede helado y subi la vista clavandole los ojos y lentamente fui levantandome hasta quedar casi nariz con nariz. Su sonrisita media burlona, media pajera, me dio ganas de romperle la boca de una piña. Pero opte por quedar unos segundos mirandolo fijo. Durante ese tiempo senti que el perrito de mierda pasaba por entre mis piernas y rascaba la puerta de mi departamento para entrar. -Voy a dormir abrazado con un perrito esta noche- me dijo el maldito. Y no recuerdo como pero abri de repente la puerta y el animalito entro corriendo primero que yo. Como adivine la intencion del verdugo ese, lo corte en seco y le dije -el perro se queda conmigo- y le cerre la puerta en la cara.

Cuando se me paso la rabia me quise morir porque pense que Braian, el tipo este, iba a pensar que lo histeriquie. Porque el no sabria como explicarse de otro modo mi repentina actitud agresiva. Yo hasta esa mañana en que Miguel lo desenmascaro era muy amigable con él. Ese tipo era bipolar. Agresivo. Por eso lamente no haber podido controlar mi inpulso. Ademas el hijo de puta se queria coger a Patricia seguramente. Imagino que si yo no hubiese llegado quizas se aprovechaba de la situacion y algo le hacia estando solos en el piso. Recuerdo que me tome varios whiskis y putee toda la noche porque el perrito no para de querer jugar conmigo todo el tiempo. Me mordia, buscaba cosas, meo, cago, vomito. Me hizo la vida imposible.

Miguel regreso a las dos horas aproximadamente, quien gentil, me golpeo la puerta y me conto que Juana estaba grave y que la habian dejado en terapia por una complicacion renal. A Patricia no la llamo por respeto. Me encargo que si la cruzaba yo de temprano le informara tambien. Me parecio un gesto de caballerocidad y de una ubicacion ejemplar de su parte, hacia una vecina que vivia sola.

A los veinte minutos de que yo le cerre la puerta en la cara al bigamo de su novio. Senti que el perrito histerico de la vecina ladraba y luego de unos segundos se callaba. Para despues volver a gritar largo rato. Y asi varias veces. Claro a diferencia de Miguel su novio se ve que si golpeo la puerta de Patricia mas de una vez sin resultados aquella noche. No sé ¿para que? pero se la golpeo. Yo no soy inocente. Me arrepenti tambien de no haber salido al pasillo para comprobarlo, porque no queria volver a verle la cara, porque no se que hubiese pasado entre nosotros aquella noche. Cuando me descontrolo no se lo que hago. Me ciego. Actuo por instinto, paresco una fiera irracional.



Diego Gette

"YERMA"
de Federico Garcia Lorca.

Adapatción de Diego Gette.

LA ESCENA TRANSCURRE DENTRO DE UN ESPACIO DESPOJADO DE ESCENOGRAFIA. ALGUNOS ELEMENTOS DARAN CUERPO A UNA COCINA AMPLIA.
YERMA: (Vestida contemporánea, teje) Juan, ¿Me escuchas? ¡Juan!
JUAN: (Viste elegante como un estanciero pudiente) Voy.
YERMA: Ya es la hora
JUAN: ¿Pasaron los caballos?
YERMA: Si.
JUAN: ¡Chau! (Va a salir)
YERMA: ¿Porque no tomas un vaso de leche?
JUAN: ¿Para que?
YERMA: Para que tu cuerpo pueda resistir. Estas muy flaco.
JUAN: Cuando los hombres quedamos asi. Nos ponemos fuertes como el acero.
YERMA: Pero vos no. Cuando nos casamos eras otro. Ahora tenes la cara blanca como si no te diera el sol. Un año llevamos casados, y vos cada día más triste, mas consumido, como si crecieras al revés.
JUAN: ¿Terminaste?
YERMA: No lo tomes a mal. Si yo estuviera enferma me gustaría que te ocuparas de mi. Así soy yo por eso te cuido.
JUAN: Y yo te lo agradezco.
YERMA: Pero no te dejas cuidar.
JUAN: Es que no tengo nada. Solo trabajo mucho. Y es obvio que cada año seré más viejo.
YERMA: Cada año… vos y yo seguiremos acá cada año…
JUAN: Seguramente. Y bien tranquilos. Con el trabajo me va bien, no tenemos hijos que gasten.
YERMA: No tenemos hijos… ¡Juan!
JUAN: ¡No empecemos!
YERMA: ¿Pensas que yo no te quiero?
JUAN: Si, me queres.
YERMA: Yo conozco chicas que temblaron y lloraron antes de entrar en la cama con sus maridos. ¿Lloré yo la primera vez que me acosté con vos? ¿No cantaba al desnudarme? Y no te dije, ¡Como huelen a manzanas esta ropas!
JUAN: ¡Eso dijiste!
YERMA: Mi mamá lloró porque no me importo separarme de ella. ¡Y era verdad! Nadie se caso con más alegría que yo. Y sin embargo…
JUAN: Callate. Demasiado trabajo tengo yo con escuchar a cada momento…
YERMA: No. No me repitas lo que dicen. Yo veo por mis ojos que eso no puede ser… A fuerza de caer la lluvia sobre las piedras estas se ablandan y hacen crecer jaramagos, que la gente dice que no sirven para nada, pero yo bien los veo mover sus flores en el aire.
JUAN: ¡Hay que esperar!
YERMA: Si, queriendo.
JUAN: Si necesitas algo me lo decis y te lo traigo. Ya sabes que no me gusta que salgas.
YERMA: Nunca salgo.
JUAN: Acá adentro estas mejor.
YERMA: Si.
JUAN: La calle es para la gente desocupada.
YERMA: Claro. (El marido sale. Yerma comienza a tejer)
ENTRA VICTOR
VICTOR: ¿Y Juan?
YERMA: En el campo
VICTOR: ¿Qué haces?
YERMA: Corto unos pañales.
VICTOR: ¡Vamos!
YERMA: Los voy a rodear de encajes.
VICTOR: Y si es nena le vas a oponer tu nombre.
YERMA: ¿Cómo...?
VICTOR: Me alegro por vos.
YERMA: No… no son para mí. Son para el hijo de María.
VICTOR: Bueno, a ver si con el ejemplo te animas. En esta casa hace falta un bebe.
YERMA: ¡Hace falta!
VICTOR: Entonces. Pedile a tu marido que piense menos en el trabajo. Quiere juntar plata y la juntara, pero ¿a quien se la va a dejar cuando se muera? Yo me voy con las ovejas. Decile a Juan que agarre las dos que me compro, y en cuanto a lo otro. ¡Que ahonde! (Se va sonriente)


EN EL CAMPO

YERMA: Buenos días
VIEJA: Buenos los tenga la hermosa muchacha. ¿Adónde vas?
YERMA: Vengo de llevar la comida a mi esposo, que trabaja en los olivos.
VIEJA: ¿Hace mucho estas casada?
YERMA: Tres años.
VIEJA: ¿Tenes hijos?
YERMA: No
VIEJA: ¡Bah! ¡Ya los vas a tener!
YERMA: ¿Usted lo cree?
VIEJA: ¿Por qué no? Yo también vengo de traer la comida a mi esposo. Es viejo y todavía trabaja. Tengo nueve hijos como nueves soles, pero como ninguno es hembra, aquí me tenes a mi de un lado a otro.
YERMA: ¿Usted vive al otro lado del rió?
VIEJA: Si. En los molinos. ¿De que familia sos?
YERMA: Yo soy hija de Enrique el pastor.
VIEJA: ¡Ah! Lo conocí. Buena gente. ¡Aburrida! Para mi gusto. Pude haberme casado con un tío tuyo. Pero no… yo he sido una mujer de faldas en el aire, he ido flechada a la tajada de melón, a la fiesta, a la torta de azúcar. Muchas veces me asome de madrugada a la puerta creyendo escuchar música de bandurrias que iba, que venia, pero era el aire. Te vas a reír de mí. Tuve dos maridos, catorce hijos, cinco murieron y, sin embargo, no estoy triste, y quisiera vivir mucho mas. Es lo que digo yo. Las higueras, ¡Cuánto duran!, y solo nosotras, las endemoniadas mujeres, nos hacemos polvo por cualquier cosa.
YERMA: Yo quisiera hacerle una pregunta.
VIEJA: Ya se lo que me vas a decir. De estas cosas no se pueden decir palabra.
YERMA: ¿Porque no? Me dio confianza escucharla hablar. Hace tiempo estoy deseando tener una charla con una mujer vieja. Porque yo quiero saber.
VIEJA: ¿Qué?
YERMA: ¿Por qué estoy seca? Dígame lo que tengo que hacer, que yo lo hago. Aunque me ordene clavarme agujas en el sitio más débil de mis ojos.
VIEJA: ¿Yo? No se nada. Yo me puse boca arriba y comencé a cantar. Los hijos llegan como el agua. ¡Ay! no me hagas hablar. Pienso muchas ideas que no quiero decir.
YERMA: ¿Por qué? ¡Con mi marido no hablo de otra cosa!
VIEJA: ¿Te gusta tu marido?
YERMA: ¿Cómo?
VIEJA: Que si lo queres. Si deseas estar con el…
YERMA: No se.
VIEJA: ¿No temblas cuando se te acerca? ¿No te da así como un sueño cuando acerca sus labios?
YERMA: No. No lo senti nunca.
VIEJA: ¿Nunca? ¿Ni al bailar?
YERMA: Quizás…Una vez…Víctor…
VIEJA: Seguí.
YERMA: Me agarro de la cintura y no pude decirle nada porque no podía hablar. Otra vez, teniendo catorce años, me levanto con sus brazos para saltar un charco y me entro un temblor que me sonaron los dientes. Siempre fui vergonzosa.
VIEJA: Y con tu marido
YERMA: Mi marido es otra cosa. Me lo dio mi papá y yo lo acepte. Con alegría. Es la pura verdad. El primer día en que me puse de novia con el ya pensé… en los hijos… y me miraba en sus ojos. Si, pero era para verme muy chica, muy manejable, como si yo misma fuera mi hija.
VIEJA: Todo lo contrario que yo. Quizás por eso no hayas parido a tiempo. Los hombre tiene que gustar. Tienen que deshacernos las trenzas y darnos de beber agua en su misma boca. Así corre el mundo.
YERMA: El suyo, que el mió no. Yo pienso en muchas cosas, y estoy segura que las cosas que pienso las realizara mi hijo. Yo me entregue a mi marido por él, y me sigo entregando para ver si llega, pero nunca para divertirme.
VIEJA: ¡Y resulta que estas vacía!
YERMA: No, vacía no, porque me estoy llenando de odio. ¿Tengo yo la culpa? ¿Es necesario buscar en el hombre al hombre nada más? Entonces, ¿Qué vas a pensar cuando te deja en la cama con los ojos tristes mirando al techo y se da media vuelta y se duerme? ¿Voy a quedarme pensando en él o en lo que puede salir relumbrando de mi pecho? Yo no sé, ¡pero digamelo usted, por favor! (Se arrodilla)
VIEJA: ¡Ay que flor abierta! Que criatura tan hermosa sos. No me hagas hablar más. No hablarte más. Son asuntos de honra y yo no quemo la honra de nadie. De todos modos debes ser menos inocente.
YERMA: Las mujeres que se crían en el campo como yo, tienen cerradas todas las puertas. Todo se vuelve medias palabras, gestos, porque todas estas cosas dicen que no se puede saber. Y usted también, usted también se calla y se va con aire de doctora, sabiéndolo todo, pero negándolo a la que se muere de sed.
VIEJA: A otra mujer serena yo le hablaría. A vos no. Soy vieja, y se lo que digo.
YERMA: Entonces, que Dios me ampare.
VIEJA: Son los hombres los que tienen que amparar.
YERMA: Pero ¿Por qué me dice eso, por que? No se lo que me quiere decir.
VIEJA: Bueno yo me entiendo. No estés triste. Espera con fé. Sos muy joven todavía. ¿Que queres que haga yo?


SE VA. APARECE VICTOR.

VICTOR: ¿Adónde va lo hermoso?
YERMA: ¿Cantabas?
VICTOR: ¡Yo!
YERMA: ¡Que bien! Nunca te había sentido.
VICTOR: ¿No?
YERMA: Y que voz tan pujante. Parece un chorro de agua que te llena toda la boca.
VICTOR: Soy alegre.
YERMA: Es verdad.
VICTOR: Como vos triste.
YERMA: No soy triste, es que tengo motivos para estarlo.
VICTOR: Y tu marido mas triste.
YERMA: El, si. Tiene un carácter seco.
VICTOR: Siempre fue igual. ¿Viniste a traer la comida?
YERMA: Si. ¿Qué tenes ahí? (Le señala la cara)
VICTOR: ¿Dónde?
YERMA: Acá… en la mejilla, como una quemadura.
VICTOR: No es nada.
YERMA: Me había parecido.
VICTOR: Debe ser el sol…
YERMA: Quizás…

SILENCIO TENSO

YERMA: ¿Escucha?
VICTOR: ¿Qué?
YERMA: ¿No sentís llorar?
VICTOR: No.
YERMA: Me había parecido que lloraba un niño.
VICTOR: ¿Si?
YERMA: Muy cerca. Y lloraba como ahogado.
VICTOR: En este lugar siempre hay muchos niños que vienen a robar fruta.
YERMA: No. Es la voz de un niño pequeño.
VICTOR: No oigo nada.
YERMA: Serán ilusiones mías. (Se miran firmemente como con miedo) ¡Chau! (Sale)


APARECE JUAN.

JUAN: ¡Que haces acá todavía!
YERMA: Nada
JUAN: Debías estar en casa.
YERMA: Me entretuve
JUAN: Se puede saber en que te entretuviste!
YERMA: Oí cantar los pájaros.
JUAN: Esta bien. Así vas a dar que hablar a la gente.
YERMA: Juan ¿que pensas?
JUAN: No lo digo por vos, los digo por la gente.
YERMA: ¡Puñaladas que le den a la gente!
JUAN: No maldigas. Queda feo eso en una mujer.
YERMA: Ojala fuera yo una mujer.
JUAN: Mejor dejemos de hablar. Andate para la casa.
YERMA: Esta bien. ¿Te espero?
JUAN: No, voy a estar regando toda la noche. Te acostas y te dormis.
YERMA: Me voy a dormir.

FIN DEL ACTO.
COCINA DE LA CASA DE YERMA. ATARDECE. JUAN ESTA SENTADO Y HABLA A SUS HERMANAS QUE NO SE VEN PORQUE ESTAN AFUERA.
JUAN: ¿Dicen que salio hace poco? Debe estar en la fuente. Pero ya saben que no me gusta que salga sola. Pueden poner la mesa. Bien ganado tengo el pan que como. Ayer pase un día duro. Estuve podando los manzanos y a la caída de la tarde me puse a pensar para que yo pongo tanta ilusión en la faena si no puedo llevarme una manzana a la boca. Estoy harto. Esa no viene… Una de ustedes debería salir con ella, porque para eso están aca comiendo en mi mantel y tomando mi vino. Mi vida


ENTRA YERMA

JUAN: ¿Venís de la fuente?
YERMA: Fuí a buscar agua fresca para la comida. ¿Cómo están las tierras?
JUAN: Ayer estuve podando los árboles.
YERMA: ¿Vas a quedarte?
JUAN: Tengo que cuidar el ganado. Vos sabes que eso le corresponde al dueño.
YERMA: Lo se muy bien. No lo repitas.
JUAN: Cada hombre tiene su vida.
YERMA: Y cada mujer la suya. No te voy a pedir que te quedes. Aca tengo todo lo que necesito. Tus hermanas me atienden bien. Pan tierno, queso y cordero asado me dan de comer, y pasto lleno de roció tus ganados en el monte. Creo que podes vivir en paz.
JUAN: Para vivir en paz se necesita estar tranquilo.
YERMA: Y no lo estas.
JUAN: No lo estoy.
YERMA: Pensa en otra cosa.
JUAN: ¿Es que no conoces mi modo de ser? Las ovejas en el redil y las mujeres en su casa. Vos salís demasiado ¿No te repito siempre lo mismo?
YERMA: Justo. Las mujeres dentro de sus casas. Cuando las casas no son tumbas. Cuando las sillas se rompen y las sabanas de hilos se gastan con el uso. Pero acá no. Cada noche, cuando me acuesto, encuentro mi cama más nueva, más reluciente, como si estuviera recién comprada.
JUAN: Vos misma reconoces que tengo razón al quejarme. ¡Que tengo motivos para estar alerta!
YERMA: Alerta ¿de qué? En nada te ofendo. Vivo sumisa a vos, y lo que sufro lo guardo pegado a mis carnes. Y cada día que pase será peor. Vamos a callarnos. Yo sabré llevar mi cruz como mejor pueda, pero no me preguntes nada. Si pudiera de pronto volverme vieja y tuviera la boca como una flor machacada te podría sonreír y seguir la vida juntos. Ahora, ahora dejame con mis clavos.
JUAN: Hablas de una manera que yo no te entiendo. No te privo de nada. Mando a los pueblos vecinos por las cosas que te gustan. Yo tengo mis defectos, pero quiero que estemos en paz. Quiero dormir afuera y pensar que vos también dormís.
YERMA: Pero yo no duermo, yo no puedo dormir.
JUAN: ¿Es que te hace falta algo? ¡Contesta!
YERMA: Si, que me falta. (Mirándolo fijamente).
JUAN: Siempre lo mismo. Ya hace más de cinco años. Yo casi lo estoy olvidando.
YERMA: Pero yo no soy vos. Los hombres tienen otra vida, los ganados, los árboles, las conversaciones; las mujeres no tenemos mas que embarazarnos y el cuidado del bebe.
JUAN: Todo el mundo no es igual. ¿Por qué no te traes un hijo de tu hermano? ¡Yo no me opongo!
YERMA: No quiero cuidar hijos de otros. Me imagino que se me helarían los brazos de tenerlos.
JUAN: Con este capricho vivís alocada, sin pensar en lo que debes, y te empeñas en meter la cabeza por una roca.
YERMA: Roca que es una infamia que sea roca, porque debería ser un canasto de flores y agua dulce.
JUAN: Al lado tuyo no se siente mas que inquietud e incertidumbre. En el último caso debes resignarte.
YERMA: Yo vine a estas cuatro paredes para no resignarme. Cuando tenga la cabeza atada con un pañuelo para que no se me abra la boca, y las manos bien amarradas dentro del ataúd, en esa hora me habré resignado.
JUAN: Entonces, ¿Qué queres decir?
YERMA: Quiero tomar agua y no hay vaso ni agua. Quiero subir al monte y no tengo pies.
JUAN: Lo que pasa es que no sos una mujer de verdad y buscas arruinar a un hombre sin voluntad.
YERMA: Yo no se quien soy. Déjame buscar y desahogarme. En nada te falle.
JUAN: No me gusta que la gente me señale. Por eso quiero ver cerrada esa puerta.
YERMA: Hablar con la gente no es pecado.
JUAN: Pero puede parecerlo. (Juan se arrodilla y baja la voz) Yo no tengo fuerzas para estas cosas. Cuando te hablen cerra la boca y pensa que sos una mujer casada.
YERMA: ¡Casada!
JUAN: Y que las familias tienen honra y la honra es una carga que se lleva entre dos. Pero que esta oscura y débil en los caños de la sangre. (Silencio) ¡Perdóname! (Yerma levanta la cabeza y lo mira fijo) aunque me miras de un modo que no debería decirte: perdóname, sino obligarte, encerrarte, porque soy tu marido.
YERMA: Te pido que no hablemos mas.
JUAN: Vamos a comer.
YERMA: Come con tus hermanas. Yo no tengo hambre todavía.
JUAN: Como quieras.


JUAN SE VA A LA COCINA.


YERMA SOLA EN LA VENTA.

YERMA: ¡Ay, que prado de pena!
¡Que puerta cerrada a la hermosura!
Que pido un hijo que sufrir,
y el aire me ofrece dalias de dormida luna.
Estos dos manantiales
que yo tengo de leche tibia,
son la espesura de mi carne,
dos pulsos de caballo
que hacen latir la rama de mi angustia.
¡Ay, pechos ciegos bajo mi vestido!
¡Palomas sin ojos ni blancura!
¡Ay, que dolor de sangre prisionera
me esta clavando avispas en la nuca!
Pero vas a venir, amor, mi bebé.
Porque el agua da sal, la tierra fruta,
y nuestro vientre guarda tiernos hijos,
Como la nube lleva dulce lluvia.

ENTRA VICTOR

VICTOR: ¿Esta Juan?
YERMA: Si. Sentate.
VICTOR: Estoy bien así.
YERMA: ¡Juan! (Llamándolo)
VICTOR: Vengo a despedirme.
YERMA: ¿Te vas con tus hermanos?
VICTOR: Así lo quiere mi padre.
YERMA: Ya debe estar viejo.
VICTOR: Si, muy viejo.
YERMA: Haces bien en cambiar de campos.
VICTOR: Todos los campos son iguales.
YERMA: No. Yo me iría muy lejos.
VICTOR: Es todo lo mismo. Las mismas ovejas tienen la misma lana.
YERMA: Para los hombres, si; pero las mujeres somos otra cosa. Nunca escuche decir a un hombre comiendo: “que buenas son estas manzanas”. Van al grano sin reparar en delicadezas. De mi se decir que he aborrecido el agua de estos pozos.
VICTOR: Puede ser
YERMA: Víctor.
VICTOR: ¿Qué?.
YERMA: ¿Por qué te vas? Acá la gente te quiere.
VICTOR: Yo me porte bien.
YERMA: Te portaste bien. Siendo joven una vez me llevaste en brazos. ¿Te acordas? Nunca se sabe lo que va a pasar.
VICTOR: Todo cambia.
YERMA: Algunas cosas no cambian. Hay cosas encerradas detrás de los muros que no pueden cambiar porque nadie las escucha.
VICTOR: Es verdad.
YERMA: Pero si salieran de pronto y gritaran, llenarían el mundo.
VICTOR: No cambiaria nada. La acequia por su sitio, el rebaño en el redil, la luna en el cielo y el hombre con su arado.
YERMA: ¡Que pena mas grande no poder sentir las enseñanzas de los viejos! (Suenan las campanillas)
VICTOR: Los rebaños.

ENTRA JUAN

JUAN: ¿Vas ya de camino?
VICTOR: Y quiero pasar el puerto antes de amanecer.
JUAN: ¿Te llevas alguna queja de mi?
VICTOR: No. Fuiste buen pagador.
JUAN: (A yerma) Le compre los rebaños.
YERMA: ¿Si?
VICTOR: (A yerma) Son tuyos.
YERMA: No lo sabía
JUAN: Así es.
VICTOR: Tu marido tendrá su hacienda colmada.
YERMA: El fruto viene a las manos del trabajador que lo busca.
JUAN: Ya no tenemos lugar donde meter tantas ovejas.
YERMA: La tierra es grande.
JUAN: Iremos juntos hasta el arroyo.
VICTOR: Deseo la mayor felicidad para esta casa. (Le besa la mano a Yerma)
YERMA: ¡Dios te oiga! ¡Salud!
VICTOR: (Víctor al salir se da vuelta por presentir inquietud en Yerma) ¿Decías algo?
YERMA: Salud, dije.
VICTOR: Gracias.

ACTO TERCERO.

VIEJA Y YERMA EN UNA CHOZA.


VIEJA: Muchas veces hice estas oraciones en el cementerio con mujeres que ansiaban y todas tuvieron miedo. Todas menos vos.
YERMA: Vine por el resultado. Creo que no sos una mentirosa.
VIEJA: No lo soy. Que mi lengua se llene de hormigas, como esta la boca de los muertos, si alguna vez mentí. La ultima vez hice la oración con una mujer que mendigaba y que estaba mas seca que vos, y se endulzo el vientre de manera tan hermosa que tuvo dos criaturas ahí abajo en el rió, porque no le dio tiempo para llegar a su casa, y ella misma las trajo en un pañal para que yo las bañara.
YERMA: ¿Y pudo venir caminando desde el rió?
VIEJA: Vino. Con los zapatos y las enaguas empapadas de sangre… pero con la cara reluciente.
YERMA: ¿Y no le paso nada?
VIEJA: ¿Que le iba a pasar?
YERMA: Naturalmente. Dios es Dios. No le podía pasar nada. Sino agarrar a las criaturas y lavarlas con agua viva. Los animales los lamen. ¿Verdad? A mi no me da asco de mi hijo. Yo tengo la idea de que las recién paridas están como iluminadas por dentro y los niños se duermen horas y horas sobre ellas, oyendo ese arroyo de leche tibia que les va llenando los pechos para que ellos mamen, para que ellos jueguen hasta que no quieran mas, hasta que retiren la cabeza: otro poquito mas, niño… y se les llene la cara y el pecho de gotas blancas.
VIEJA: Ahora tendrás un hijo. Te lo puedo asegurar.
YERMA: Voy a tenerlo porque lo tengo que tener. O no entiendo al mundo. A veces, cuando ya estoy segura de que jamás, jamás…, me sube como una oleada de fuego por los pies y se me quedan vacías todas las cosas, y los hombres que andan por la calle y los toros y las piedras me parecen como cosas de algodón. Y me pregunto: ¿para que estarán ahí puestos?
VIEJA: Esta bien que una casada quiera hijos, pero si no los tiene ¿Por qué esa obsesión por ellos? Lo importante de este mundo es dejarse llevar por los años. No te critico. Ya viste como te ayude con los rezos. Pero ¿que futuro esperas dar a tu hijo?
YERMA: Yo no pienso en el mañana, pienso en el hoy. Usted esta vieja y lo ve todo como un libro leído. Yo pienso que tengo ganas de volar y no tengo libertad. Yo quiero tener a mi hijo en los brazos para dormir tranquila, y escúchelo bien y no se espante de lo que digo: aunque yo supiera que mi hijo me fuera a martirizar y me fuera a odiar y a llevar de los cabellos por las calles, recibiría de todos modos con gozo su nacimiento, porque es mucho mejor llorar por un hombre vivo que nos apuñala, que llorar por este fantasma sentado año tras año encima de mi corazón.
VIEJA: Eres demasiado joven para darte consejo. Pero mientras esperas la gracia de Dios debes ampararte en el amor de tu marido.
YERMA: ¡Ay! puso el dedo en la llaga mas honda que tienen mis carnes.
VIEJA: Tu marido es bueno.
YERMA: ¡Es bueno! ¡Es bueno! ¿Y que? Ojala fuera malo. Pero no. El va con sus ovejas por sus caminos y cuenta la ganancia por las noches. Cuando me coge cumple con su deber, pero yo le noto la cintura fría como si tuviera el cuerpo muerto y yo, que siempre tuve asco de las mujeres calientes, quisiera ser como una montaña de fuego.
VIEJA: ¡Yerma!
YERMA: No soy una casada indecente; pero yo sé que los hijos nacen del hombre y de la mujer. ¡Ay, si los pudiera tener yo sola!
VIEJA: Pensa que tu marido también sufre.
YERMA: No sufre. Lo que pasa es que él no quiere hijos.
VIEJA: ¡No digas eso!
YERMA: Se lo conozco en la mirada, y como no los desea no me los da. No lo quiero, no lo quiero, y sin embargo, es mi única salvación. Por honra y por casta. Mi única salvación.
VIEJA: Pronto va a amanecer. Debes ir a tu casa. Antes de nada saldrán los rebaños y no conviene que te vean sola.
YERMA: Necesitaba este desahogo. ¿Cuántas veces repito las oraciones?
VIEJA: La oración del Laurel dos veces, y al mediodía la oración de Santa Ana. Cuando te sientas encinta me traes la fanega de trigo que me prometiste. Por encima de los montes ya empieza a clarear.
YERMA: ¡No sé por qué vine!
VIEJA: ¿Te arrepentís?
YERMA: ¡No!
VIEJA: Si tenes miedo te acompaño hasta la esquina. Va a ser de día cuando llegues a tu puerta. (Se oyen voces. Golpean la puerta.) ¿Quien es?
VOZ: Soy yo.
YERMA: Abrí. (La vieja duda) ¿Abrís o no? (Ella abre. Aparece Juan)
JUAN: ¿Que haces en este lugar? Si pudiera gritar levantaría a todo el pueblo para que vea donde va la honra de mi casa; pero voy a callarme porque sos mi mujer.
YERMA: Si pudiera gritar, también gritaria yo, para que se levanten hasta los muertos y vean esta limpieza que me cubre.
JUAN: ¡No, eso no! Todo te lo aguanto menos eso. Me engañas, me envolves, porque soy un hombre que trabaja la tierra y no tengo ideas para tus astucias.
YERMA: Yo no hice nada malo
JUAN: Lo hiciste desde el primer día en que nos casamos. Mirándome con dos agujas, pasando las noches con los ojos abiertos al lado mió y llenando de malos suspiros mis almohadas.
YERMA: ¡Callate!
JUAN: Yo no puedo más. Porque se necesita ser de bronce para ver al lado tuyo a una mujer que te quiere meter los dedos dentro del corazón y que anda de noche afuera de su casa, ¿en busca de que? ¡Decime! ¿Buscando que? Las calles están llenas de machos. En las calles no hay flores que cortar.
YERMA: No voy a permitir que me sigas hablando así. Te crees vos y tu gente los únicos que tienen honra. Sabes muy bien que mi familia no tuvo nunca nada que ocultar. Ole le mis vestidos: A ver si encontras un olor que no sea tuyo, que no sea de tu cuerpo. Poneme desnuda en medio de la calle y escupime. Hace conmigo lo que quieras, que soy tu mujer, pero cuidado con poner un cartel de puta sobre mi frente.
JUAN: No soy yo quien lo pone, lo pones vos con tu conducta y el pueblo lo empieza a decir, lo empieza a decir claramente. Cuando llego a una reunión, todos callan; cuando voy a pesar la harina, todos callan y hasta de noche, en el campo, cuando despierto me parece que también se callan las ramas de los árboles.
YERMA: Yo no sé por qué empiezan los malos aires que revuelcan el trigo; ¡y mira vos si el trigo es bueno!
JUAN: Ni yo sé lo que busca una mujer a todas horas afuera de su casa.
YERMA: Te busco a vos. Te busco a vos, es a vos a quien busco día y noche sin encontrar sombra donde respirar. Es tu sangre y tu amparo lo que deseo.
JUAN: No te acerques.
YERMA: No me eches y quere conmigo. Mira que me quedo sola como si la luna se buscara ella misma en el cielo. ¡Mirame!
JUAN: Déjame ya de una vez. (La aparta bruscamente, Yerma cae al piso)
YERMA: Cuando salía por mis claveles me tropecé con el muro. ¡Ay! En ese muro donde debo estrellar mi cabeza.
JUAN: Callate. Vamos.
YERMA: Maldito sea mi padre que me dejo su sangre de padre de cien hijos. Maldita sea mi sangre que los busca golpeando por las paredes.
JUAN: ¡Cerra la boca! Viene gente habla bajo.
YERMA: No me importa, dejame libre aunque sea la voz, ahora que voy entrando en lo más oscuro del pozo. Deja que de mi cuerpo salga almenos esta cosa hermosa y que llene el aire.
JUAN: (Se oyen voces) Van a pasar por aca. Silencio.
YERMA: ¡Eso! ¡Eso! Silencio. Quedate tranquilo.
JUAN: Vamos. Pronto.
YERMA: ¡Ya esta! ¡Ya esta! Y es inútil que me retuerza las manos. Una cosa es querer con la cabeza…
JUAN: Callate
YERMA: Una cosa es querer con la cabeza y otra es que el cuerpo, ¡maldito sea el cuerpo! no nos responda. Esta escrito y yo no me voy a poner a luchar contra los mares. ¡Ya esta! Que mi boca se quede muda.


SALE.


ROMERIA, ENTRA YERMA


VIEJA: ¿Para que viniste?
YERMA: No se
VIEJA: ¿No te convences? ¿Y tú marido?
YERMA: Ahí esta.
VIEJA: ¿Qué hace?
YERMA: Bebe. (Se tapa la cara) ¡Ay!
VIEJA: ¡Ay! ¡Ay! Menos ¡Ay! Y más calma. Antes no pude decirte nada pero ahora si.
YERMA: ¡Y que me va decir que yo no sepa!
VIEJA: Lo que ya no se puede callar. Lo que esta puesto arriba de la mesa. La culpa es de tu marido. ¿Me escuchas? Me dejaría cortar las manos. Ni su padre ni su abuelo, ni su bisabuelo se portaron como hombres de casta. Para tener un hijo tuvo que ser necesario que se junte el cielo con la tierra. Están hechos con saliva. En cambio tu gente no. Vos tenes hermanos y primos a cien leguas a la redonda. Mira que maldición ha venido a caer sobre tu hermosura.
YERMA: Una maldición. Un charco de veneno sobre las espigas.
VIEJA: Pero vos tenes pies para marcharte de tu casa.
YERMA: ¿Para marcharme?
VIEJA: Cuando te ví en la Romeria, casi se me para el corazón. Acá vienen las mujeres a conocer hombres solos. Y el santo hace el milagro. Mi hijo esta detrás del paredón esperándote. Mi casa necesita una mujer. Andate con él y viviremos los tres juntos. Mi hijo si es de sangre. Como yo. Si entras en mi casa todavía queda olor a cunas. La ceniza de tu colcha se te volverá pan y sal para la crianza de los niños. ¡Anda! No te importe la gente. Y en cuanto a tu marido, hay en mi casa coraje y armas para que no cruce siquiera la calle.
YERMA: ¡Callese! ¡Callese! Si no es eso. Nunca lo haría. Yo no puedo ir a buscar. ¿Usted cree que puedo conocer otro hombre? ¿Dónde pone mi honra? El agua no se puede volver atrás ni la luna llena sale al mediodía. Por el camino que voy, seguiré. ¿En serio piensa que yo me puedo desnudar frente a otro hombre? ¿Qué yo vaya a pedirle a cualquiera que me haga un hijo como una mendiga? Conózcame, para que nunca me hable más. Yo no soy una mujer como usted lo era.
VIEJA: Cuando se tiene sed se agracede el agua.
YERMA: Yo soy como un campo seco donde caben arando mil pares de bueyes y lo que usted me da es un pequeño vaso de agua. Lo mió es dolor que ya no esta en las carnes.
VIEJA: Entonces seguí condenándote. Como los cardos del secano, pinchosa, marchita.
YERMA: ¡Marchita, si, ya lo se! ¡Marchita! No es preciso que me lo refriegue por la boca. No venga a solazarse como los niños pequeños en la agonía de un animalito. Desde que me case estoy dándole vueltas a esta palabra, pero es la primera vez que la oigo, primera vez que me la dicen en la cara. La primera vez que creo que es verdad.
VIEJA: No me das ninguna lastima, ninguna. Yo buscare otra mujer para mi hijo.

SALE.


YERMA SOLA

YERMA:
(Para si misma) Terminare creyendo
que yo misma soy mi hijo.
Porque cuando bajo
a dar la
comida a las cabras
cosa que antes no hacia,
porque ninguna mujer lo hace,
mis pasos
por lo oscuro del pasillo
me suenan
a pasos de hombre.


ENTRA JUAN


YERMA: ¿Estabas ahí?
JUAN: Estaba
YERMA: ¿Acechando?
JUAN: Acechando
YERMA: ¿Y escuchaste?
JUAN: Si
YERMA: ¿Y que?
JUAN: También es hora de que yo hable.
YERMA: ¡Habla!
JUAN: Y que me queje.
YERMA: ¿Con que motivos?
JUAN: Que tengo la amargura en la garganta.
YERMA: Y en los huesos
JUAN: llego el último minuto de resistir este continuo lamento por cosas oscuras, fuera de la vida, por cosas que están en el aire.
YERMA: ¿Fuera de la vida? ¿En el aire?
JUAN: Por cosas que pasaron y ni vos ni yo dirigimos.
YERMA: ¡Segui! ¡Segui!
JUAN: Por cosas que a mi no me importan. ¿Escuchaste? ¡Que a mi no me importan! Ya es necesario que te lo diga. A mi me importa lo que tengo entre las manos. Lo que veo por mis ojos.
YERMA: Así, así. Eso es lo que quería escuchar de tus labios. No se siente la verdad cuando esta dentro de una misma, pero ¡qué grande y como grita cuando se pone fuera y levanta los brazos! ¡No te importa! ¡Ya te oí!
JUAN: Pensa que tenia que pasar así. Muchas mujeres serian felices de llevar tu vida. Sin hijos es la vida más dulce. Yo soy feliz no teniéndolos. No tenemos culpa ninguna.
YERMA: ¿Y que buscabas en mi?
JUAN: A vos misma
YERMA: ¡Eso! buscabas la casa, la tranquilidad y una mujer. Pero nada más. ¿Es verdad lo que digo?
JUAN: Es verdad. Como todos.
YERMA: ¿Y lo demás? ¿Y tu hijo?
JUAN: ¿No entendes que no me importa? ¡No me preguntes más! ¡Que te lo tengo que gritar al oído para que lo sepas, a ver si de una vez vivís ya tranquila!
YERMA: ¿Y nunca pensaste en él, cuando me veías desearlo?
JUAN: Nunca.
YERMA: ¿Y no podré esperarlo?
JUAN: No
YERMA: ¿Y vos tampoco?
JUAN: Ni yo tampoco. ¡Resígnate!
YERMA: ¡Marchita!
JUAN: A vivir en paz. Uno y otro, con suavidad, con agrado. ¡Abrazame! (La abraza)
YERMA: ¿Qué buscas?
JUAN: A vos te busco. Con la luna estas hermosa.
YERMA: Me buscas como cuando te queres comer una paloma.
JUAN: Bésame…, así.
YERMA: Eso nunca. (YERMA DA UN GRITO Y LE PATEA LOS TESTÍCULOS A JUAN, ESTE CAE AL PISO Y ELLA APRIETA LA GARGANTA DE SU ESPOSO HASTA MATARLO) Marchita, marchita pero segura. Ahora si que lo se de cierto. Y sola. Voy a descansar sin despertarme sobresaltada, para ver si la gente me anuncia otra sangre nueva. Con el cuerpo seco para siempre. (Mira al público) ¿Qué quieren saber? No se acerquen. Porque he matado a mi hijo. ¡Yo misma he matado a mi hijo!


TELÓN.